BLUE HOPE es la primera exposición individual de la artista Marina Gadea en el espacio de la Galería Kreisler. La exposición reúne una selección de obras pertenecientes a su última producción (2019 -2020) centrada en la investigación, iniciada en 2016, sobre la cartografía oceánica de fondos marinos. Su obra muestra la observación científica de los fenómenos naturales liberando imágenes de su contexto para extraer su esencia y rediseñarlos. La Ciencia es una manera de observar el mundo y para Marina, “el arte es una forma de explicarlo”, la dualidad de lo inspirador y lo científico caracterizan su trabajo.
Los océanos, ocupando más de un 70% de la superficie de la Tierra, son los lugares con menos información cartográfica, “todo es desconocido hasta que se cartografía”. Es en 1977 cuando la geóloga Marie Tharp se encargó de elaborar el primer mapa del suelo oceánico dando lugar a múltiples mapas que representarían los...límites geográficos de los fondos oceánicos, El interés de Marina en el trabajo de Tharp se consolida con tal importancia que decide incorporarlo como punto central de su obra artística. El resultado de ese gran trabajo de documentación dio luz y color al fondo marino al igual que las obras de Gadea, que suponen una relectura del mundo oceánico contemplado desde una perspectiva ontológica y poética.
El hilo conductor de la exposición se desarrolla en torno a un conjunto de obras realizadas a partir de inmersión submarina y la actualización que el “Big data” aporta al mapa del fondo marino, mapas como artefactos científicos y artísticos. Su atractivo procede de la ilusión que generan, de su gran poder evocador: la soledad de una isla remota, el acceso a una región desconocida, la visión panorámica y omnisciente.
Los mapas nos enseñan lo que desconocemos o nos ayudan a ver lo que creíamos saber. Son obras de arte e instrumentos científicos. Tienen algo de pintura, algo de fotografía y algo de geometría. Sirven para orientarse y a menudo para perderse. «Los cartógrafos no solo reproducen el mundo, sino que lo construyen» Los mapas no sólo representan la realidad, sino que la crean.
La cartografía en estos momentos desempeña una función de alarma con la intención de proteger el equilibrio ecológico. El mapa es un instrumento de desarrollo sostenible, donde se definen determinadas decisiones y consecuencias.
Cartografiar, pues, implica definir un ámbito (escala), construir una posición (encuadre), dirigir una mirada (selección) y traducir gráficamente la información obtenida (codificación). Cada obra tiene una historia única, una cartografía personal.
BLUE HOPE presenta dos proyectos interconectados a través de los que plantea una mirada y estudio de los procesos del cambio climático a partir de los mapas del fondo oceánico como artefacto; documentando la belleza del océano e invitando a reflexionar sobre conceptos de inestabilidad y fragilidad e inspirar a la acción para explorarlo y protegerlo.
“Como artista con experiencia en la ciencia y la política de la conservación marina, creo que el arte impacta en nuestras emociones y puede movernos a valorar el planeta azul en el que vivimos en formas que los datos científicos a menudo no pueden. Protegemos lo que nos importa y nos preocupamos por lo que conocemos y entendemos. El arte puede poner a la vista la belleza e inspirar a la acción para explorar y proteger el océano”.
La instalación Aquaoir (de aqua “agua”), presenta la interacción entre determinadas obras sumergidas y el conjunto de características especiales del entorno marino que las ha modificado. El concepto Quaoir, indica las características únicas que el océano imprime en el proceso, llegando a hablar por si solo de su lugar de procedencia. El vaivén del oleaje marino, la humedad y temperaturas constantes, la ausencia de luz y de ruido, así como la salinidad aportan a las obras unas características peculiares e inimitables.
OBRAS SUMERGIDAS AQUAOIR - Atesoramiento submarino
Las obras son realizadas en tierra para evolucionar bajo el mar, terminando así su proceso de creación. Cada obra cobra vida a través de su unión con la biología marina que se adhiere a ella y prospera. Hay una clara interactividad entre los organismos vivos y las pinturas. A medida que cada obra de arte crece y se completa va dejando de ser nuestra, Tan pronto como las hundimos, pertenecen al mar y la naturaleza se hace cargo.
Esta es parte de la historia de este proyecto que, además, tiene en su filosofía el cuidar y monitorizar la vida submarina que acontece alrededor de las obras que son sumergidas a una profundidad de 5 metros, por un periodo de cuatro meses. A esta profundidad la temperatura del agua está entre 9ºC y 14ºC, a 3 atmósferas de presión. El mar tiene muchas corrientes y olas, lo que da como resultado que las obras estén siempre moviéndose y sujetos a los cambios de presión del agua. La energía creada por el constante movimiento hace que las obras tengan mayor vitalidad y frescura, reflejan el “aquaoir” necesario para la estratificación final de la experiencia.
La obra de Marina es mar y sal y luz y vida. Es inspiradora de libertad y supone una poderosa forma de activismo ambiental, una emocionante invitación para volver a explorar el mundo que nos rodea.
BIOGRAFÍA
Marina nace en Cádiz, se traslada a la costa de Levante donde estudia Documentación e Historia del Arte en la Universidad de Murcia y Valencia. Como artista y científica, el arte y la ciencia son mutuamente inclusivos para ella. Se inspira en la naturaleza como hilo conductor de su trabajo, en sus formas, sus colores, sus texturas.
Los azules de Marina son los protagonistas de sus impresionantes paisajes oceánicos, su obra es intuitiva, espontánea, orgánica, rebosante de matices, con una excelente técnica y un destacado dominio de la paleta de colores donde el resultado es un gran trabajo estético que logra emocionar.
Marina Gadea es una exploradora del océano en la encrucijada de la ciencia y el arte. Documenta la belleza del océano y el cambio climático. Viaja a regiones remotas del mundo para recoger imágenes e inspiración para su trabajo. Bucea, toma fotografías y crea bocetos, trabajando a partir de estos y de su memoria en el estudio. (Texto: Patricia Acal)
“Espero que mis obras puedan facilitar una comprensión más profunda de la crisis climática, con este proyecto quiero difundir un mensaje de esperanza, celebrar el hermoso planeta en que vivimos e inspirar a los demás el deseo de protegerlo”
“Los artistas desempeñamos un papel fundamental en la comunicación del cambio climático, que es posiblemente el desafío más importante que enfrentamos como comunidad mundial. Los estudios han demostrado que el arte puede impactar en las emociones de los espectadores de manera más efectiva que un ensayo o un artículo de periódico catastrofista. La neurociencia nos dice que los humanos toman medidas y decisiones basadas en las emociones por encima de todo”
“Mi carrera está dedicada a traducir e iluminar las advertencias y estadísticas de los científicos en un medio accesible con el que la gente pueda conectarse, a un nivel que puede ser más profundo de lo que los hechos científicos pueden penetrar”
“Mis obras permiten a los espectadores conectarse emocionalmente con un lugar que tal vez nunca tengan la oportunidad de visitar. Elijo transmitir la belleza, en lugar de la devastación”
Imágenes de la Exposición
Marina Gadea — Cortesía de Galería Kreisler
Entrada actualizada el el 02 sep de 2020
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