Los Bradbury, de procedencia norteamericana, se conocieron en la Escuela de Bellas artes de San Francisco. Poco tiempo después contrajeron matrimonio, y encaminaron la vida hacia el estudio del arte.
En la década de los años cincuenta descubrieron el que para ellos fue un lugar idílico: Deià. Encontraron lo que necesitaban: una vida tranquila, paz, calma interior, unos paisajes fascinadores y unos colores y unos aromas que hicieron que este matrimonio quedara enamorado del lugar y que instalara su residencia.
Dorothy estuvo rodeada de un gran ambiente artístico. Ella, inclinada hacia la vida social de Deià, conoció grandes artistas que forman parte de la historia del arte contemporáneo de Mallorca. Durante toda la vida experimentó con el arte y consiguió crear un estilo propio que la caracteriza y que se patente en el suyos paisajes.
Robert, de carácter más solitario, individualista, muy crítico con su trabajo, cuando empieza a trabajar experimentó con la...cerámica; después se dedicó a hacer una serie de tapices de influencia persa y, finalmente, fue en solitario en busca de la belleza, con paisajes realizados in situ.
Robert, como su mujer, Dorothy, dedicaron toda la vida al que más se los gustaba: el arte.
Entrada actualizada el el 17 ago de 2015
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