Boschland es una exposición que debe calificarse como singular, al reunir las obras con que Helena Revuelta ha querido sumarse a los homenajes que con motivo del quinientos aniversario de su muerte se han dedicado en el Museo del Prado, que posee El jardín de las delicias su obra más significativa, a El Bosco, el más enigmático y fascinante pintor de todos los tiempos. El surrealismo intimista de Helena Revuelta, al actualizar las escenografías del que fue el más inquietante pintor de la Edad Media trasladándolas a los paisajes urbanos que conocemos e incorporar a sus referentes icónicos los artefactos que creó el ser humano en los siglos tecnológicos, alcanza, pese a su limpidez colorista y la precisión de su dibujo, el más alto grado de subversión estética.