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Con la idea de mostrar de Brasil algo más que los tópicos conocidos, articulamos este particular homenaje en torno a un concierto y, especialmente, a una exposición. Cuatro destacados pintores brasileños, como son Élon Brasil, André Crespo, Fernando Feierabend y Waldomiro Sant'Anna, nos mostrarán una más que atractiva selección de su trabajo artístico.

Se trata de una cuidada muestra colectiva de pintura, en donde podremos admirar ... el trabajo de cuatro artistas brasileños de primer nivel Unos lienzos que recogen los sentimientos, las contradicciones, de individuos que viven en una gran metrópolis como es Sao Paulo. Es curioso constatar, como artistas que conviven en esta gran ciudad, inspirándose en ella, la plasman de manera tan diferente.

Tal y como indica el experto Salvador Álvarez en el catálogo de la muestra, Brasil tiene una marca propia y que sin destruir aquellos aspectos que siempre caracterizaron la visión que el mundo tiene del país: futbol, Carnaval, samba, playas, café, ecología, sensualidad, juventud, etc.

Hay que apreciar que Brasil es mucho más que una imagen estereotipada; no solo es una de las cuatro economías emergentes. Brasil tiene una gran tradición cultural y artística. Y precisamente en esta exposición del CICCA se pretende dar a conocer cuatro talentos emergentes de la pintura brasileña.

--Waldomiro Sant´Anna, preocupado por esa búsqueda incesante, obsesiva, de la verdad, de la dulce melancolía de un tiempo perdido.

--Elon Brasil, quien afirma que la pintura tiene un efecto humanizador en las personas.

--Fernando Feierabend y la estructura del color en sus telas abstractas.

--Por último, André Crespo, para el que la pintura es una celebración del esplendor de la vida

La intención de La Caja de Canarias es que esta exposición sea una fiesta y que participen en ella, con la certeza de proporcionar momentos de placer en la lectura y observación de las obras seleccionadas, y dejar un recuerdo guardado en la memoria de aquellos que aprecian el arte como medio de cultura y entretenimiento.

--Waldomiro Sant´Anna,

Waldomiro Sant´Anna tiene 57 años y reside en Riberao Preto, interior del estado de Saõ Paulo. A veces sus pinturas se vuelcan hacia el interior del taller y revelan la relación del artista con sus cosas, con sus instrumentos de trabajo y con el ambiente en el que trabaja. Otras veces nos deleita con escenas del exterior, la calle, una boda, niños jugando, adultos paseando. En ambos casos, deja igualmente claro una convivencia armoniosa con sus semejantes y transmite una sensación de paz con el mundo, con las personas, los animales y las cosas.

Hay quien ve en la pintura de Waldomiro Sant´Anna, ('Mirinho' para los amigos), una ingenuidad que la apariencia de sus temáticas induce. De hecho, las plazas silenciosas, las parejas anónimas, los pueblecitos oscuros, a primera vista son elementos indispensables del estilo naif. Pero esta apreciación es un error

Si hay algo que sobresale de la obra de Waldomiro Sant´Anna, es un complejo trabajo técnico, una pintura en la que no existe el alarde espectacular de lo fácil y de lo conciso.

Esa es la marca definitoria del artista: su temática es reminiscencia de sus vivencias, la forma arquetípica de las mujeres, las veladuras, la pincelada es siempre consciente de la sobriedad, jamás es transgresora. 'Mirinho' es un pintor de silencios, de contención, por eso es un artista que encaja en la idea de la pintura tradicional. Hablamos de tradición no de conservadurismo, se trata de la búsqueda del lirismo, de la poesía, de ambientes saludables, de un tiempo que no es pasado sino que es presente. Se habla de  contemporáneo y nada es más contemporáneo que esa búsqueda incesante, obsesiva, de la verdad, de la dulce melancolía de un tiempo perdido.

Waldomiro es fiel a la pintura que se hace en busca de lo simple. Para ver su pintura tenemos que desprendernos de nuestros prejuicios admirando la singularidad de un maestro, que en todo momento se preocupa de no ser virtuoso. Y eso es justamente el respeto que le es innegable, que es su maestría. La pintura actual de Waldomiro Sant´Anna es equilibrada, no solo en lo que se refiere a las formas sino también lo que dice respecto del color y del ritmo, y es fuertemente evocativa de la vida interior brasileña.

Su trabajo lejos de ser ingenuo o inocente, rescata lo que ha de ser valioso para el ser humano, su memoria afectiva. Observando su obra de la última década podemos percibir su fidelidad a la pintura tradicional y a sus orígenes, ya que sus opciones continúan siendo la observación y la crónica pintada de una vida bucólica del interior del país, con sus personas, sus calles, sus plazas, jóvenes bonitas paseando y música, mucha música.

Su pintura no pide elogios, solo el placer de ser observada, es todo lo que un artista precisa para vivir y para hacer a los otros felices. Aunque en algunos momentos trate de demostrar su angustia con los desagravios de este mundo. Aún existen en estos días artistas que controlen con materiales básicos poemas de humanidad. Es el caso de Waldomiro Sant´Anna, su pintura esta llena de emoción.

--Elon Brasil

Artista autodidacta, nace en 1957 en la Playa de Jurujuba, Niteroi, en el estado de Rio de Janeiro. Su obra puede enmarcarse dentro del realismo expresionista; busca en las culturas que forman su herencia étnica (hijo de madre negra nieta de indios, y de padre nieto de emigrantes italianos y portugueses) la inspiración para su producción: imágenes de su tierra, indios negros y cabocios, lo indígena y lo africano. Pero no reproduciéndolos de forma pintoresca y folclórica, sino con la firme intención de captar lo mágico, lo sagrado que no percibimos en principio pero que está anclado en todos los seres, en las comunidades, como experiencia existencial. Ritos y magias que dotan de significado tanto a lo cotidiano como a sus territorios naturales, la cultura brasileña en sus propias raíces.

Utiliza la técnica del óleo sobre telas impregnadas de resina, el artista mezcla diferentes tejidos que le garantizan una textura muy peculiar. Para ello usa materiales rústicos como las estopas de los sacos de café o azúcar. Sus pinturas están marcadas por diferentes tonos de tierra, ocres, marrones y negros, donde las imágenes ocupan todo el espacio de la tela..

En el contexto de los ambientes pictóricos de Élon encontramos la expresión de un verdadero antropólogo, caluroso defensor de los pueblos que habitan la tierra. Serenidad, alegría y angustia son sentimientos que encontramos marcados con maestría en sus obras. El humanismo que retrata es conducido por un íntimo trato que se refleja en la estructura de sus personajes, donde la vitalidad del artista se  pone de manifiesto. La soledad del hombre, su tormento existencial, no los ve como situaciones nacidas del aislamiento, sino de situaciones vividas anteriormente.

Su cromatismo es homogéneo e inédito, como poco común la forma en la que el artista deja filtrar la luz, con inmensa dulzura, induciendo al espectador a sentir poesía donde hay pintura. Élon Brasil afirma: 'Yo pienso que la pintura tiene un efecto humanizador en las personas, el arte tiene un poder transformador', él cree y siente lo que opina. Está impregnado de espiritualidad, fruto de sus orígenes, y termina por proyectar en sus personajes y cuadros, sus dudas y sentimientos. Observa a sus modelos y escribe lo que cree que están pensando, que no es otra cosa que lo que él piensa. Cuando se detiene ante una joven india escribe: 'a lo mejor, ella se comunica con otra dimensión. Porque ella esta siempre con sus alegres y misteriosos monólogos'.

Cuando mira a los jóvenes indios se plantea si están reflexionando sobre el destino de la raza humana. Lo evidente es que la pintura de Élon es innegablemente humanizadora, inspirado en la cultura negra y en la de los indios Xingu, sus pinceladas retratan indios, negros, niños y adultos de miradas esquivas, melancólicas a la par que serenas.

--Fernando Feierabend

Arquitecto y urbanista de formación, la pintura le acompaña desde la facultad de Bellas Artes de Saõ Paulo donde tuvo el privilegio de convivir con artistas como Renina Katz, Ubirajara Ribeiro, Paoulo Von Poser entre otros. Es en la abstracción donde construye su pintura, lenguaje que le permite el libre diálogo con el observador, donde el color es la máxima prioridad. Su obra deriva de sistemas de aprendizajes y del comportamiento emocional, el rigor es la expresión. Es un vehículo de color en la ambición de construir una obra de cuño poético.

Los fenómenos visuales son los más numerosos y complejos de nuestra vida y el papel del color en la comunicación visual artística es importantísimo. Algunas veces el color ha sido el único contenido de considerable importancia en una obra de arte. Este es el caso del pintor Fernando Feierabend.

Para analizar el color -la esencia de la obra de Feierabend- es necesario hacer algunas consideraciones. Ya que el color afecta a los ojos y al corazón, tanto física como metafóricamente, de manera más directa que cualquier otro elemento pictórico. En sus aspectos místicos y poéticos, el color puede oscilar entre la envolvente y palpitante sensación de calor, como en los rojos de Feierabend y la fría y vigorosa sensación de luz y de espacio, como en los azules profundos de este artista, que casi siempre dominan la composición. Es casi imposible definir el color. Se percibe, se siente, son sensaciones a las cuales reaccionamos siempre individualmente.

Se nota el empeño del pintor para proporcionarnos tales sensaciones a partir de elementos orgánicos, ciertas formas cerradas, que evocan cristales o meteoritos, en medio de una intensa expresividad de colores, construidas con una autentica arquitectura de formas.

Su lenguaje es expresivo gracias a las sensaciones de color y de luz que la obra muestra, el rigor constructivo de algunas telas está detrás de la expresión de una superficie aparentemente caótica. Su pintura es de cuño poético, tornándose expresiva, pero sin perder jamás el rigor.

En definitiva, Fernando Feierabend es un pintor abstracto nato, en su arte se perciben sutiles influencias de grandes maestros tachistas como el propio Fukushima que le despertó en la infancia, pero su libertad de elección convierte sus obras en peculiares y personalizadas. Para definir su elección Fernando dice: 'Mi pintura es un trabajo serio con buenas consecuencias'. Quien aprecia una pintura suya no podrá desmentirlo.

--André Crespo

Nacido en Saõ Paulo, el artista plástico André Crespo está relacionado con el universo de las artes desde la infancia. Siendo joven creaba imágenes en  cuadernos y camisetas, ya de adolescente comienza a experimentar con diversas técnicas pictóricas, como la pintura al óleo, los collages o mezclas de látex con colorantes hasta llegar a la tinta acrílica, técnica que utiliza en la actualidad en todas sus obras.

De personalidad irreverente e inquieta, Crespo imprime en sus obras un deseo de valorar las sensaciones más puras 'de una vida bien vivida, como debe ser'. Según él 'la pintura es para celebrar el esplendor de la vida, e intentar transmitir al observador una sensación agradable, un bienestar'. Procura dar un sentido de lugar y tiempo, deseando que sus pinturas inspiren a las personas a mirar, simplemente observar, que perciban que el mundo está lleno de detalles que nos pasan desapercibidos en el día a día.

Ayudante de Newton Mesquita desde 2001, el contacto con el maestro de las artes plásticas le supuso un gran cambio en la manera de ver el mundo y de entender el arte. Percibió que pintar no es solo técnica, sombra y luz, tiene algo más. Cuando se pinta hay que crear una relación con la tela, hay que enamorarla, conquistarla, admirarla, hacerlo con pasión, así la pintura tendrá alma.

Hoy su madurez con la pintura se evidencia en los asuntos explorados en sus obras, y en el repertorio filtrado por la ironía y desparpajo de un joven que convive con la dinámica de una metrópolis caótica como Saõ Paulo. Las formas y volúmenes creados por Crespo lo convierten en una joven promesa, representante del nuevo arte brasileño. El artista presenta una serie de cuadros con imágenes sobrepuestas de lo cotidiano. La  exposición tiene como objetivo mostrar situaciones donde las personas de las grandes ciudades

precisan desdoblarse para buscar su espacio. Las obras de Crespo son reconocidas por trazos más libres y espontáneos. Sus proyectos están saturados de color y definición; optando generalmente por fragmentos de un conjunto que traza el día a día del gran Saõ Paulo.

Su habilidad e instinto son sus armas, y su corazón, su fiel y distraído compañero; él parte en busca de lo que se propone, encontrar un tesoro enterrado en algún lugar de su Saõ Paulo, va a tener que combatir sus dudas y tentaciones, derrotarlas y vencerlas, pero no para ser aplaudido por la multitud. El lucha por él, por lo que cree. Con tan solo talento y sensibilidad, atento, exagerando las cosas que pasan desapercibidas a los transeúntes de la metrópolis.

Lo mejor está por venir: nuevos caminos, horizontes inmensos recogidos en panorámicas generosas, bañadas de luz, mostrando todos los colores escondidos, todas las formas ocultas de la gran ciudad. Perdido en pensamientos, él siente una presencia dulce y delicada.