Esta serie de esculturas comienza con una pregunta: ¿cómo puedo darle una entidad física a una pieza de escritura? Partiendo de realizar pruebas sobre mi propia caligrafía, escribiendo sin la intención de formar una oración que tenga sentido, sino poniendo la mirada en el gesto, en los movimientos, en lo quedaba en la hoja como un sinsentido. A partir de estas pruebas, realicé una selección de líneas que noté que se repetían y comencé a trasladarlas a un material físico industrial (hierro). El interés fue sobre la acción de tomar la propia escritura manual como idea y como material.
A lo largo de mi trabajo, sin importar el formato o el medio con el que me esté relacionando en ese momento particular, siempre me interesó poner atención a la idea de lenguaje y su transmutación, de lo oral a lo gráfico u objetual y de esto a cómo se percibe en...el espacio. Creo que al borrar el significado de la escritura como una palabra al lado de la otra que construye una frase, lo que termino exponiendo es la propia existencia de mi cuerpo. El gesto corporal de una posible caligrafía, que no posee ninguna intención de comunicación, sino poner en evidencia un acto físico (una relación entre mi cuerpo y un material, mis manos, mis pies y mis muslos doblando el hierro copiando las formas del papel).
Confrontar estas estructuras de hierro con otros materiales amplía esta idea sobre lo corporal, direccionando a ideas que aparecen en estado fantasmal sobre consumos, usos, intimidades y políticas de estar en el mundo.
Entrada actualizada el el 30 nov de 2018
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