La galería Juan Silió en Madrid, presenta el trabajo más reciente del artista portugués Nuno Nunes-Ferreira. café central, reflexiona sobre las rutinas de información e intercambio de opiniones. El café, cualquier café, convertido en el principal centro informativo donde leer el periódico, comentar las últimas noticias o discutir un partido de fútbol. Un lugar donde todos y todo se sitúa en el mismo nivel.
El periódico es la principal materia prima de las obras que componen esta exposición, de este modo el artista nos recuerda la carga que contiene un material tan común: desde el momento de redacción de sus contenidos, su lectura y su posterior uso social. En palabras de João Silvério, comisario que ha escrito el texto que acompaña a la exposición, a través de la acumulación, montaje y collage genera “fragmentos de signos que van perdiendo su referencia, en una acción crítica sobre la profusión de información que...diariamente llega a este lugar de encuentro, exaltando diálogos y discusiones contradictorias sobre los temas más variados y los acontecimientos de la vida cotidiana”.
Rituales tan extendidos e interiorizados le sirven a Nunes-Ferreira para hablar de nuevo sobre la memoria colectiva. Pero, a diferencia de trabajos anteriores donde abordaba acontecimientos concretos de la historia reciente de España y Portugal – como la obra España presentada en ARCO 2020 que se conformaba de una colección de pegatinas políticas originales desde la transición hasta la actualidad – esta vez habla sobre las rutinas diarias de información y la gestión de la misma.
La obra de Nuno Nunes-Ferreira está presente en colecciones como Fundação Calouste Gulbenkian, Fundação EDP, IVAM, Fundación Focus Abengoa, Fundación Sorigué, Colección Olor Visual, Colección DKV, Colección Kells y Colección Pilar Citoler, así como en las colecciones de las Câmaras Municipais de Lisboa, Sintra o Vila Verde, entre otras.
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Café central: del archivo al contrato social
Las nociones de tiempo y archivo son dos constantes en el trabajo de Nuno Nunes-Ferreira, posicionándose en su práctica de investigación como contenedores de acontecimientos autorreferenciales en estrecha relación con inscripciones del imaginario colectivo. Esa noción o idea de una temporalidad que remite a hechos fechados y perfectamente localizados históricamente establece una metodología de trabajo que se desarrolla en conjuntos de obras que pueden determinar un año, una semana u otro periodo de tiempo que corresponda a una determinada medida. De un modo semejante, el archivo, que estructura su trabajo, es una práctica compulsiva y acumulativa, transformándose frecuentemente en una acción recolectora y hasta de compilador de restos, de colecciones variadas de ediciones, todas estas de procedencia diversa, pero añadiéndose una perspectiva histórica, crítica y política. En este sentido, sus búsquedas e investigaciones revelan un campo de posibilidades muy amplio, mezclando el lenguaje con la espacialidad y consecutivamente con su referente, como una red de heterotopías entre diversas realidades.
Estos son algunos de los factores que construyen una idea especulativa acerca del “café central” que da título a esta exposición. El café, como lugar de encuentro, establece una tipología de un espacio donde las personas se reúnen, donde llegan los periódicos, donde se encuentra, a partir de la generalización de la televisión en el siglo pasado, esa pantalla de múltiples pantallas que la era digital transformó en un complejo informativo y lúdico, que moviliza de forma expandida ese lugar de encuentro. El café central es, de cierta forma, un foro de una comunidad, por muy pequeña que sea, como un barrio urbano, una aldea o un pueblo. Es ese dispositivo social el que reside en la memoria del artista, de sus vivencias y rutinas, y de los relatos de sus familiares. Uno de esos recuerdos se encuentra representado en la escultura que lleva por título gonçalo, una silla de hierro cortada (sin asiento ni respaldo), marcada por los años de asiento de millares de personas en terrazas, e incluso en el interior de los cafés, donde estas sillas diseñadas por un maestro herrero portugués se generalizan, encuadrando un lugar de comodidad y descanso hasta la actualidad. Este objeto reconocido como pieza de diseño, de la autoría de Gonçalo Rodrigues dos Santos, fue posteriormente reproducido en varios países del mundo. En este sentido, esta escultura expresa una conciencia universal sobre el anonimato del mundo que nos rodea, de los hábitos y costumbres sociales. El café como lugar de encuentro, o como todas las palabras y frases que se densifican como imágenes en los siete collages sobre tela que secuencian los días de la semana. En estas telas, de considerables dimensiones, Nunes-Ferreira recortó y montó los titulares del periódico más vendido en Portugal. Una observación más atenta de estas telas irá revelando diversas palabras que aluden a crímenes, escándalos, titulares deportivos o situaciones políticas y económicas, por ejemplo, en la obra titulada terça-feira (“martes”): Justiça Aperta Berardo (“Justicia aprieta a Berardo”) o Por atear fogos (“Por prender fuegos”), en una secuencia visual como una escena en movimiento que se torna ilegible. El artista hace aquí un juego visual con la percepción del observador, entre el tiempo necesario para descifrar las frases interrumpidas y su secuencia, que se deconstruye por la superposición de las palabras, eliminando la posibilidad de su interpretación y ocultando el carácter semántico de este metatexto, que se vuelve incomprensible en su narrativa.
Son fragmentos de signos que van perdiendo su referencia en una acción crítica sobre la profusión de la información que diariamente llega a ese lugar de encuentro, ensalzando diálogos contradictorios y discusiones sobre los temas y acontecimientos de la vida cotidiana más variados. En esta exposición, la violencia inherente a la explosión de emociones se trabaja a diferentes niveles, entre la ilegibilidad del texto contraponiendo el negro tipográfico y el rojo, y la confrontación patente en el vídeo discussão de café (“discusión de café”). Esta obra refleja un cierto aire de humor y de broma irónica que desvela sentimientos vengativos y violentos, en la línea de la obra Double Poke in the Eye II de Bruce Nauman, un neón animado por la alternancia de los elementos iluminados. En esta obra de Nunes-Ferreira vamos a enfrentarnos con dos formas de observación y percepción y, por tanto, dos medidas de tiempo: la pantalla con un vídeo de imágenes fijas, retiradas del mismo periódico y un dossier, de hecho un archivo, donde se encuentran los originales de los recortes digitalizados. Esas imágenes son bocas que se abren para gritar cualquier cosa frente a quien se le opone, la mayoría masculinas, como si fuesen bocas de los hombres que al final de la tarde, después de su jornada, se encuentran y discuten en el café, donde algunas mujeres estuvieron a primera hora de la mañana.
Si, por un lado, Nunes-Ferreira trabaja a partir de la generalización de la información, por otro, apunta con sutileza las diferencias de género y de las convenciones sociales que gradualmente se alejan del pasado y convergen en la actualidad para una comunidad más igualitaria en un contexto de micro-acontecimientos que ocurren sucesivamente en ese espacio compartido que es el café central, de donde el artista recoge la prensa que, entre el archivo y la acumulación no indexada, se transforman en otra obra, um ano #4 (“un año IV”), en la que realiza cada año una serie de columnas precarias y perecederas de periódicos acumulados durante un año, o en el año en que ese trabajo fue creado. Como se ha mencionado inicialmente, la noción de tiempo como medida, transita por la obra de Nunes-Ferreira en permanente oposición entre sincronía y diacronía del lenguaje visual, ya sea por el imaginario, por el archivo en papel o por el lenguaje escrito, normalizado en una tipografía que distingue e identifica a un determinado medio de comunicación y la forma en la que este condiciona el tejido social. Una secuencia de imágenes de fuentes impresas se expone en dos formatos, un archivo consultable en el vídeo ver a bola (ver el partido). Es una pieza que remite a otras obras y procesos estructurales del trabajo del artista, estableciendo una dualidad entre imagen en movimiento y el componente manual de la consulta página por página y es, al mismo tiempo, una metáfora sobre un protocolo social que da sentido a la centralidad del espacio del café: como ir al Café Central a ver el partido.
João Silvério
Imágenes de la Exposición
Nuno Nunes-Ferreira: sábado, 2021. Recortes de perio?dico pegados en lienzo. 200x140 cm. — Cortesía de la Galería Juan Silió
Entrada actualizada el el 08 abr de 2021
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