Nicolás González González ha venido desarrollando una serie de piezas a través de la experimentación material, con objetos cotidianos y materiales diversos, su cuerpo de obra se pregunta sobre la forma en la que habitamos los espacios que nos son más familiares, con sus límites y sus objetos, y especialmente sobre la posibilidad que tienen los lugares conocidos para moverse en una zona límite entre la extrañeza y la proximidad, entre lo acogedor y lo inhóspito.
La experiencia que tenemos de un espacio cotidiano y sus objetos, puede estar relacionada con las condiciones particulares del lugar, y así mismo con los afectos que le hemos asignado en relación a nuestras propias experiencias emocionales. Las distinciones entre el hogar como un resguardo y la intemperie como algo amenazante, no son posiciones rígidas. Podemos experimentar extrañamiento en espacios aparentemente propios o cercanos, y comodidad o empatía con lugares que nos resultan desconocidos. En...ese umbral pendular se encuentran los intereses del trabajo de Nicolás.
En el caso de esta exposición, la mirada sobre los espacios y los objetos domésticos, se cierra sobre los resquicios, los pliegues, y los pequeños accidentes de las superficies. La escala minúscula de estos accidentes o huellas del uso, evocan la inmensidad de accidentes geográficos, formas que se encuentran en la vastedad del paisaje. Una operación que ahora no sólo se aplica a los objetos cotidianos, sino también al cuerpo. En la escala íntima del cuerpo y la casa se encuentran inscritos ecos de un afuera, que parece sobrecogedor y avasallante.
Entrada actualizada el el 04 sep de 2018
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