Se trata de una muestra que a través de escultura y video discute construcciones sociales alrededor de la identidad de género, mientras da cuenta del proceso de construcción del objeto artístico mismo. Para Guillermo Fournier, creador, la pieza no se refiere a un solo proceso, sino a muchos: 'Procesos en los cuales se nos dictan características estereotipadas, que no deberían tener relación con el aspecto biológico, pero que lamentablemente se reducen a actividades sexo-específcas'- en sus palabras.

Para el curador, José Miguel Páez, el asunto de los límites es estructural en la pieza de Fournier, tanto a nivel de contenido como a nivel de la formación de la pieza en sí, de su estructura, la pieza juega con lo difuso, lo indeciso como factor que pareciera generar incomodidad, recordando la necesaria generación de espacios o 'anti-pseudo-espacios', como los llama Páez, ... para albergar lo que queda fuera.

De esta forma se desarrolla también la metáfora respecto a la construcción propia del objeto, a través de la discusión sobre la construcción de las identidades sociales que contiene. Tal como afirma José Miguel Páez: 'En el acto de pertenecer negamos cualquier posibilidad de disidencia. El adiestramiento empieza muy temprano, desde que nacemos. La materia dúctil se violenta a la fuerza en los moldes para que quede debidamente conformada o deformada según el modelo'.