Collectif Négatif, es un colectivo parisino formado por artistas fílmicos experimentales. Forman parte del colectivo: Yves-Marie Mahé, Derek Woolfenden, Boris Du Boullay, Tony Tonnerre, Vân Ta-Minh, Julien Bibard, François Rabet
'Lo que es personal es político.' (Eslogan de los años 70).
'La inmensa mayoría de la gente tienen el coraje de vivir su vida; muy pocos tienen el coraje de representarla.' Jean-Luc Godard.
Del sujeto tratado al objeto cinematográfico terminado, nuestras películas son 'irrecuperables'. Así, pasamos de nuestros propios sentimientos, los evidentemente afectivos, a menudo depresivos, a una crítica social sin concesiones, de los acontecimientos políticos y de las tradiciones judeocristianas monolíticas.
Esta crítica puede ser un estallido, como en el caso de Yves-Marie Mahé y Derek Woolfenden y se expresa entonces por una sucesión de motivos reconocibles apartados de su contexto rutinario. En el caso de Borís Du Boullay y Tony Tonnerre es un concentrado, cerrado para perturbar mejor al espectador que reconoce...una violencia que generalmente él oculta. Para Vân Ta-Minh, es la no-crítica, incluso indiferente a las cuestiones políticas y populares que nos rodean, para dedicarse a transformar el medio de la cámara en artesanado modesto y precioso, es decir liberarlo de todas las contingencias morales y sociales con las que se le relacionan sistemáticamente.
Hacer películas irrecuperables, es también una manera de protegerse de una crítica seducida por el aspecto estético del cine. No negamos la dimensión estética del cine, sino que no queremos animar 'el buen gusto' que contamina cada vez más la percepción y la mirada critica de las películas. Hacer películas que se sublevan contra la misma idea de comodidad. No estamos aquí para que el espectador se evada, ni para lanzarle un mensaje cualquiera, pero tampoco estamos en contra. Somos más bien un paso instintivo, impulsivo y crudo...
¿La evasión o la demostración moral o pedagógica en una película? ¡Por qué no! Aunque no sean el fin del proyecto. No queremos crear un molde, un compartimiento, listo tanto para la comodidad de la crítica como para el espectador. Nuestras películas contienen violencia. Primero y sobre todo frente a nosotros mismos, luego por la extroversión de nuestros problemas afectivos que se comparten impúdicamente con el espectador.
'Cada miedo esconde un deseo, y las cosas a las que se tiene más miedo esperan en secreto su realización.' ('Edmond', pieza de David Mamet llevada a la pantalla por Stuart Gordon).
Nuestro colectivo no es una sucesión de dogmas. No escribimos manifiestos, sino que queremos quitar los complejos y hacerle táctil el cine al espectador, incluso hacerlo orgánico. No aislar y hacer inferior al espectador, sino hacer que se sienta identificado en nuestras películas, y comparta allí sus problemas para expulsarlos mejor gracias a nuestros cuerpos, al grano del vídeo, la piel del film, nuestros píxeles, nuestros errores, nuestras imperfecciones, nuestros orificios y nuestras cicatrices!
'Una película no debe tener vergüenza de sus cicatrices.' René Vautier.
Le Grand Détournement (El Gran Desvío)
'Las cosas existen sólo si les pasa algo, si se las desplaza de su marco habitual renunciando a emplear las mismas palabras para definirlas. De este desplazamiento sobreviene algo real con sentido fuerte.' (André S. Labarthe, 'Les Périphériques vous parlent', n°18, 2004, p.4).
Pero lo que nos une a todos, principalmente, es esta necesidad de desviar lo que se ve y reapropiarse de ello no en una lógica oportunista propia de agencia publicitaria, sino en una lógica afectiva desconsolada. Desembarazar el cine dominante de todo su discurso acostumbrado moral o político: transformar así el cine que domina en obra lúdica, nihilista, intimista y sexual.
Entrada actualizada el el 26 may de 2016
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