La obra pictórica que presenta actualmente se acerca cada vez más a una poesía pictórica rebosante de emociones que se manifiesta a través de alusiones fragmentadas. Constata la voluntad de valorar el vacío y el silencio para conectar con la percepción íntima, contrapuesta a las tensiones entre energía y equilibrio, orden y pasión que generan los campos atmosféricos amplios y enigmáticos. El gusto por la sensualidad y el color compartido con el orden y la estructura sigue plenamente vigente en las obras recientes. La selección de pinturas sobre lienzo y sobre papel, realizadas este año, pone de manifiesto una vez más la sinceridad hecha pintura y el diálogo con lo absoluto.
Las telas de gran formato son la exaltación del acto mismo, de ese impulso fresco y vertiginoso, cargado de pasión. Los sonidos y los colores mantienen un estrecho diálogo, materializando un festival de cadencias y tonalidades, coloraciones y matices, entonaciones...y vibraciones. Para la artista el azar, la improvisación y la sorpresa juegan un papel importante en un vocabulario en el que predomina la mancha etérea y los campos cromáticos para que el espectador lo acabe con su experiencia subjetiva. Unas composiciones que son el resultado de un proceso de exigencias internas, planteamientos y retos personales que se convierten en el espejo sobre el que se reflejan los puntos vitales de su yo. Escenarios poéticos que, dentro de una abstracción pura y esencial, corroboran siempre el nexo que se establece entre el ser y el entorno.
La obra madura de Vall Palou se sitúa en el reto del "menos es más". Sigue avanzando en otra gran etapa consistente en la desmaterialización y en la introducción de valores ambientales. De este modo, su fuerza expresiva radica en su sentido de eliminación y de restricción, en un proceso que evoluciona hacia la contención y la desnudez. La mancha toma cada vez más protagonismo y refuerza su poder expresivo, revelándonos un mundo que se renueva en cada mirada con la misma frescura de lo recientemente descubierto. Son formas abiertas, evanescentes, que sugieren infinidad de referencias. Paisajes abismales, tejidos orgánicos, moléculas gigantescas, manchas florales, visiones astrales, seres marinos... en metamorfosis constante, crecimiento incesante y mutación continua, se convierten en fenómenos de proliferación que se reafirman con vitalidad naturalista. Las obras actuales son como nubes ligeras, volátiles y vaporosas, aunque el rigor estructural se mantiene a través de esquemas compositivos.
Teresa Vall Palou rehúye enquistarse en cualquier fórmula expresiva para explorar e investigar una gran variedad de registros: pintura, grabado, dibujo, objeto, instalación, libro de artista o cerámica. Un ansia descubridora y de insatisfacción la hace practicar sin descanso para dar salida a su latido interior. Diferentes manifestaciones son las que utiliza en cada ocasión para conseguir los resultados deseados como en la nueva serie de linóleos, en las antípodas de la explosión cromática. Son manchas negras y compactas, concentradas en sí mismas, realizadas con un procedimiento similar al del grabado en madera. Incide sobre la placa de linóleo con gubias, por lo que las partes vaciadas quedarán en blanco y las zonas en relieve serán las que reciban la aplicación de la tinta. Por otra parte, las recientes instalaciones están inspiradas en resonancias orientales con un trabajo experimental y de investigación, hecho de tentativas y de intuiciones.
Una intensa trayectoria, honesta y coherente la que ha desarrollado Teresa Vall Palou en un aislamiento voluntario, siempre consecuente consigo misma y con su radical individualidad.
Conxita Oliver
Comisaria de la exposición
Entrada actualizada el el 15 feb de 2022
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