Esta exposición de Miquel Rué (Sant Boi, 1929 – París, 1967), titulada “Cosmogonias”, consta de 25 gouaches inéditos que el artista realizó en París en el año 1965. Es la primera muestra que la galería realiza de éste olvidado artista y quiere ser el punto de partida de un trabajo de recuperación que lo contextualice en la escena artística nacional e internacional de los años 50 y 60. La rápida e inesperada muerte de Miquel Rué en París a la joven edad de 37 años detuvo una carrera artística que pese a los logros que sumaba pasó a quedar profundamente olvidada e inmersa en el más absoluto de los silencios. Su fallecimiento dejó una esposa y una hija de 7 años quienes, mientras luchaban para ganarse la vida en París, no pudieron hacer otra cosa que guardar y conservar durante décadas su obra.
La pintura de Miquel Rué se enmarca en...el contexto de la “Nouvelle École de Paris” que a finales de los años 50 y principios de los 60 recogía una serie de artistas que representaban la versión europea del expresionismo abstracto americano. Artistas como Wols, Nicolas de Staël, Bram van Velde, Zao Wou-Ki o Fernando Lerín, son algunos de los nombres que, junto con Rué, pertenecen a esta corriente artística que quería romper con la rigidez de la geometría abstracta y dotar de mayor gestualidad, transparencia y profundidad sus obras. Tachismo, Nuagismo, Abstracción Lírica, son también algunos de los términos que se han usado para describir esta tendencia artística.
Después de unos años 50 marcados estilísticamente por una figuración expresionista con toques post-cubistas bastante habituales en la época, y de varias exposiciones que le dieron nombre y prestigio como la de los museos de Granollers (1955) y Mataró (1956), Miquel Rué decide marcharse a París en el año 1956 y empezar una obra mucho más personal que transita entre una abstracción constructiva, colorista y bastante matérica y una pintura monocroma evanescente y sublime.
Ya en los años 60 su obra se caracteriza por un uso suntuoso del color y por una pincelada vital, sutilmente gestual, que describe elegantes nebulosas que a menudo acaban desembocando en exuberantes erupciones magmáticas o en sugestivas y cautivadoras representaciones de movimientos brownianos. Los 25 gouaches inéditos del año 1965 que presentamos en esta muestra son un claro ejemplo de ello. Es precisamente en este tipo de cosmogonías donde Rué encuentra la "libertad para expresar su espíritu atormentado (...) su espíritu inquieto" ya que para él "el arte es un canto, una melodía que no hace más que reflejar el propio creador” (Rué, c. 1962).
Miquel Rué y Anguera nació en Sant Boi de Llobregat el 16 de agosto de 1929 y murió en París el 22 de abril de 1967. Fue alumno de la Escuela de Bellas Artes y aprendió parte del oficio artístico en el taller de Jaume Muxart.
Sus primeras obras se expusieron entre el año 1948 y 1951 en las Exposiciones colectivas de Dibujo y Pintura para Artistas Santboyanos que organizaba el ayuntamiento de Sant Boi. Rué expuso óleos y dibujos que representaban paisajes, bodegones y algún retrato.
En 1951 se marchó a Melilla a realizar el servicio militar obligatorio donde coincidió con el escultor Moisés Villèlia con quien siempre le unió una buena amistad. Allí celebró su primera exposición individual en el año 1952. La segunda individual se celebró en Sant Boi en el año 1953 en la Biblioteca Popular y la tercera en la Galería Argos de Barcelona en 1954. Su estilo en estos años todavía estaba dominado por una figuración esquemática y una riqueza cromática común en muchos de los artistas de esa época.
Pronto llegaron las exposiciones individuales en museos. En 1955 lo hizo en el Museo de Granollers y en 1956 en el Museo de Mataró. El año 1956 es significativo también porque formó parte, junto con Antón, Fernando Lerín y Plaza del efímero Grupo Arte Actual impulsado por su amigo Moisès Villèlia y de las exposiciones que el grupo celebró ese año tanto en Mataró como en Granollers. La obra que Rué hacía en esta época era ya básicamente abstracta, con composiciones a base de planos y colores que buscaban una cierta geometrización. Rué decidió marcharse hacia París en octubre de 1956 acompañado de su amigo, el pintor Enric Rabasseda.
En 1958 Rué hace una breve estancia en L’Aleixar donde se casa con Maria Calero y viajan de nuevo a París donde se instalan definitivamente y donde nacerá su hija Anna Rué en 1959. Visita todos los salones, exposiciones y retrospectivas que el tiempo le permite y se impregna de la vida artística y cultural parisina.
En 1959 Miquel Rué entró a formar parte de la nómina de artistas de la Galerie de Beaune, fundada y dirigida desde 1949 por Suzanne de Coninck y dedicada al arte no figurativo. Por esta galería pasaron nombres tan conocidos como Jacques Villon, Serge Poliakoff, Hans Hartung, Nicolas de Staël, Schneider, Degottex o Tal Coat.
Entre 1960 y 1967, Rué realizó cinco exposiciones individuales y más de veinte colectivas por toda Europa, lo que demuestra la frenética y fecunda actividad creativa de esta época de su vida. En 1961, por ejemplo, expuso en Madrid en la Galería Mediterráneo, donde ese mismo año Maruja Mallo presentó sus obras al regresar a España después del exilio; en 1963 expuso en Londres en la New Vision Centre Gallery y la Galerie de Beaune organizó cuatro exposiciones colectivas con obras de Rué en Estocolmo, Hamburgo, Ginebra y Bochum. La obra de Rué de esta época pasaba por una etapa madura, dentro de su juventud, con un dominio claro de las formas y los colores, con una pincelada rápida y líquida pero alejada de la violencia gestual y matérica de algunos de sus contemporáneos. Luc Benoist, conservador del Museo de Nantes, en 1964 describió la pintura de Rué con estos términos: “Su arte expresa un paroxismo de principio o de fin del mundo. Expresa la explosión de un alma inquieta y romántica, pero de un romanticismo actual, atómico o volcánico (...) tranquilo en apariencia, pero movido por una angustia y un fuego interior escondido.”
Entrada actualizada el el 18 may de 2022
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