Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- Miguel Galano, pintor de Cracovia Juan Manuel Bonet Me gusta empezar lejos, en Cracovia. Y cerca, con un pintor amigo y cómplice, cracoviense de adopción: el asturiano Miguel Galano (Tapia de Casariego, 1956). Inicios expresionistas. Paso por San Fernando. Profesor en diversos lugares, destacando Mérida. Regreso a Asturias. Final de su actividad docente. Barcos. Retratos, autorretratos obsesivos. Malezas. El primer cuadro suyo que me impresionó, circa 1993, fue Nieve en Fozaneldi, pintado en la calle de Miguel de Unamuno de ese barrio ovetense. Fozaneldi sonaba italiano, Paola es italiana, Unamuno es uno de los grandes. Aquella pintura sobre el barrio, sobre la casa en que entonces vivían los Galano: pintura ya honda, esencial, luz en la sombra, dibujo nervioso deshaciéndose en el aire. Vendrían luego muchas aproximaciones a esa tierra natal, casas solitarias, aldeas, pueblos, montañas bajo más nieve, neones de carretera, el mar siempre recomenzado, los acantilados de Tapia, unas farolas en lo oscuro. En un determinado momento, Galano, sin dejar de interrogar el paisaje de su tierra, comenzó sus periplos europeos. Italia son para él Bolonia y Giorgio Morandi. Están además Portugal, Basilea y Zürich, Holanda, Copenhague y un recoleto cementerio junto a una iglesia. Hasta llegar, como quien no quiere la cosa, a Centroeuropa. Praga en grises sudekianos. Un parque en Budapest. Y ahora, Cracovia, tema único de su próxima muestra madrileña, el próximo otoño. Cracovia, una de las grandes capitales de la vieja Europa. Fue la de Polonia, y sigue siendo su capital espiritual, algo que quedó especialmente claro durante los años de la glaciación comunista. Su Universidad tiene una tradición de siglos. Sus cafés simbolistas son mejores aún que los de Viena. Sus anticuarios y libreros de viejo atesoran todavía riquezas. Sus poetas, como Adam Zagajewski, prosiguen por la senda de los simbolistas, del un tiempo madrileño Tadeusz Peiper y otros de los vanguardistas de Zwrotnica (?El cambio de aguja?), de Czeslaw Milosz, de la recientemente fallecida Wyslawa Szymborska? Sólo una vez ha estado Galano en Cracovia, pero le ha bastado para empezar a construir una ciudad tan esencial como el resto de las que ha hecho suyas. Ha dicho, con su peculiar estilo despojado y leve, con su inconfundible cromatismo sordo ?no olvidemos tampoco su dibujo geométrico, analítico-, las calles oscuras, las murallas, los callejones metafísicos, las torres góticas, el heraldo, el anillo verde de los Planty y los pájaros girando en su cielo blanquecino, la torre simbolista (Pod Globusem) con su reloj iluminado en la noche, las tiendas color canela hermanas de las del raro Bruno Schulz. Horas lentas, con presencia de la niebla y la nieve, que aquel viaje fue en Navidad. Horas grises. Horas ya galanescas, sobre todo, como lo es ya la Cartagena de Indias de Luis Carlos López? Galano tiene una expresión que me gusta mucho, ?la familia?, para referirse a aquellos que considera como sus faros. En una lista corta de los mismos estarían Camille Corot, Luis Fernández, Lucien Freud, Ramón Gaya, el danés Vilhelm Hammershoi, Edward Hopper, Morandi, el esloveno Zoran Music, el pragués Jakub Schikaneder y sus tranvías, el belga Léon Spilliaert y otros simbolistas de esa tierra, Mark Rothko, Cristino de Vera. Más el contexto más próximo: un 'senior' como el navarro Juan José Aquerreta, y el grupo de los neometafísicos, con muchos de los cuales el de Tapia ha coincidido tanto en su galería (Utopia Parkway) como en distintas colectivas de tendencia. Ojalá logremos enseñar allá, un día no muy lejano, los frutos de la estancia cracoviense de Galano, en esa ciudad en la que uno quisiera estar siempre, como el padre Azarías H. Pallais quería estar siempre en Brujas.
Sólo una vez ha estado Galano en Cracovia, pero le ha bastado para empezar a construir una ciudad tan esencial como el resto de las que ha hecho suyas. Ha dicho, con su peculiar estilo despojado y leve, con su inconfundible cromatismo sordo -no olvidemos tampoco su dibujo geométrico, analítico.
Formación. 30 oct de 2025 - 11 jun de 2026 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España