Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- Todas las piezas que conforman ‘Creadoras del siglo XX’, han salido de manos femeninas y representan un homenaje a la condición de mujer a la que, durante muchos siglos, salvo excepciones, la historia ha negado el acceso a la creación intelectual y artística.
La muestra se compone de esculturas, pinturas, dibujos y fotografías, 75 obras realizadas por las principales artistas de los siglos XX y XXI. La instalación reúne trabajos de Amalia Avia, Ana Laura Aláez, Antonina Sofronova, Cándida Höfer, Carmen Calvo, Carmen Laffon, Concha García, Cristina García-Rodero, Cristina Iglesias, Esperanza Parada, Gertrudis Rivalta, Isabel Quintanilla, Juana Francés, Maggie Cardelús, María Blanchard, María Moreno, Maruja Mallo, Menchu Lamas, Meret Oppenheim, Natalia Gontcharova, Nina Kogan, Olga Sacharoff, Ouka Leele, Paula Millán, Paula Rego, Remedios Varó, Roberta González, Soledad Sevilla, Sonia Delaunay, Sophia Vari, Susana Solano, Susy Gómez, Tamara de Lempicka y Vieira da Silva.
El objetivo de esta muestra es poner de relieve las distintas maneras en que las mujeres han ejercido una actividad artística y cómo estas artistas, que marcaron el arte del siglo XX, siguen haciéndolo actualmente, influenciando tanto a hombres como a mujeres artistas del siglo XXI.
En nuestro entorno cultural, la incorporación de la mujer a esos campos de actividad desde el siglo XVIII, y ya masivamente en el XX, ha producido aportaciones valiosísimas. Sin embargo, otras civilizaciones aún mantienen para ellas tiempos oscuros.
Resulta muy sencillo darse cuenta de las pocas mujeres que aparecen en la historia del arte. Una de las posibles causas es que hasta el siglo XVIII no existió un mercado del arte como tal, lo que obligaba al artista a trabajar por encargo. El tema o el formato venían impuestos por la voluntad del coleccionista que encargaba la obra de arte. El artista no era más que un artesano que trabajaba según un tercero que limitaba sus pretensiones y libertades artísticas. No podía desarrollar libremente su creación, los temas, la composición, el dibujo e incluso los colores le eran impuestos. Por tanto, parecía imposible que en un mundo profesional tan estricto y reservado para los hombres pudiera destacar una mujer.
Ésta fue una de las barreras del mundo del arte hasta el siglo XVIII: la aceptación de las mujeres como artistas. Si repasamos la historia de la música, de la literatura o de la arquitectura parece casi imposible encontrar un nombre femenino hasta esa centuria revolucionaria. Los principios de igualdad, fraternidad y libertad proclamados por la Revolución Francesa cambiaron el mundo y llegaron hasta las artes. Fue entonces cuando las mujeres empezaron a luchar por sus derechos y sus libertades dando
lugar a una revolución artística que tendría sus primeros frutos en el siglo XIX.
Varias mujeres lucharon contra los prejuicios establecidos que reservaban la literatura o la pintura como materias exclusivamente masculinas. A este grupo perteneció Rosa Bonheur, quien contribuyó a abrir las puertas del arte a numerosas mujeres del siglo XIX como Mary Cassat o Berthe Morisot, que estaban limitadas por todas las imposiciones de su época. Aunque hoy pueda parecernos increíble, Rosa Bonheur tenía que pedir un permiso al Estado para poder llevar pantalones cuando acudía a las ferias de ganado donde pintaba animales.
Primera exposición de mujeres
Todas estas limitaciones impuestas por una sociedad cerrada hacían que para una mujer del siglo XIX no resultara evidente ser artista. La presencia femenina en los salones o en los concursos oficiales de pintura era vista como algo puntual.
La primera exposición consagrada únicamente a mujeres tuvo lugar en el año 1884 en Ámsterdam. Los temas eran muy limitados para las artistas, para las que no era fácil acudir a los cafés o a las carreras, temas típicos de su época. Tal vez por este motivo se centraban en escenas íntimas de la vida familiar tratándolas con una sensibilidad única.
A pesar de esto, no fue realmente hasta el siglo XX cuando la mujer comenzó a ocupar el mismo lugar que el hombre en el arte. Lo que importa en realidad es la obra de arte, los sentimientos que transmite, sin tener en cuenta si está pintada o esculpida por un hombre o una mujer.
Aunque tal vez parezca más fácil para las mujeres artistas del siglo XX, ellas también tuvieron que luchar contra las dificultades que suponía para una mujer ocupar un puesto que durante toda la historia del arte había estado consagrado a los hombres.
En nuestro país, mujeres como Maruja Mallo o María Blanchard tuvieron que enfrentarse a numerosos obstáculos viajando incesantemente a París, donde encontraban la libertad que en España no disfrutaban, ya que la igualdad llegó más tarde que en otros países europeos.
En otros lugares, mujeres como Vieira da Silva o Tamara de Lempicka, también supieron lo que era vivir en un mundo liderado por hombres. Estas mujeres revolucionarias fueron pioneras en acercarnos el arte desde su personal sensibilidad, la femenina, la que nunca antes había estado tan presente en el mundo artístico.
En el siglo XXI las mujeres han encontrado por fin su lugar como artistas reconocidas, cuyas obras podemos encontrar en museos, ferias internacionales, galerías, espacios públicos y subastas donde alcanzan records históricos.
Premio. 11 abr de 2025 - 16 may de 2025 / Bilbao, Vizcaya, España
Ayudas 2025-26 para la realización de proyectos artísticos con cesión de estudio en Bilbao Arte
Formación. 30 oct de 2025 - 11 jun de 2026 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España