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Desde el primer momento en que Sebastian me habló sobre el tema que estaba desarrollando para su próxima exposición, me sentí más que atraído e interesado en que se presentara en la galería que lleva mi nombre, ya que las matemáticas son una de las materias sin las cuales la sociedad no podría existir ni evolucionar. Esto quedó claramente confirmado cuando Sebastian me mostró las extraordinarias piezas que surgían a partir de estudios basados en esa materia; eran obras donde el movimiento, los caracteres y las formas procuraban una continuidad, lo cual las hacía más ... que explícitas.

Durante una de las reuniones de trabajo que realizamos con el grupo de expertos en matemáticas, pretendíamos entender de una forma más simple cómo se podían transformar todas esas fórmulas y ecuaciones en arte; en síntesis, fue lo que Sebastian nos demostró que podía realizar. Por su parte, los expertos nos explicaron que hace algunos años el poder desarrollar una computadora era una tarea que involucraba el trabajo de muchas personas y daba como resultado un aparato de grandes dimensiones que ocupaba un espacio inmenso; mientras que ahora, quienes portamos un dispositivo móvil podemos sintetizar todos esos años de evolución tecnológica en algo tan simple y pequeño que está al alcance de cualquier persona.

Sin duda, las formas más elementales que han estado presentes en las obras de Sebastian no pierden vigencia, y es así como podemos ver que una ecuación, cuando se desarrolla, nos muestra un resultado. De esta misma forma, en las esculturas de Sebastian vemos cómo se mantiene un diálogo continuo, de manera fresca y renovada, transformándose y reinterpretándose en piezas que serán un parteaguas en la producción de este gran autor, quien no termina de sorprendernos. Puedo decir que él será la punta del iceberg que conjugará grandes campos -como lo son el arte y las matemáticas-, pues aunque existen autores que anteriormente han trabajado la «escultura matemática», como John Robinson o Bathsheba Grossman, Sebastian no sólo utiliza el conocimiento científico, sino que lo reinterpreta para transformar su propia obra escultórica, la expresión más importante y sensible que ha desarrollado a lo largo de su trayectoria.