Se trata de una obra compuesta por un proyector, cables de fibra óptica, terminales zoom y diapositivas, que envuelven al espectador y lo sumergen en una atmósfera donde la ingravidez y la contraposición corpóreo e incorpóreo cobran especial relevancia. La instalación de este gran artista está patrocinada por Financiera y Minera y podrá visitarse hasta el próximo día 26 de agosto.

Daniel Canogar es uno de los pocos artistas contemporáneos que consigue, mediante la imagen estática, cautivar a los espectadores e introducirlos en un universo en el que la luz desempeña una función fundamental. Sus obras, características por ser realistas a la vez que fantásticas, provocan una confrontación entre el visitante y las imágenes, integrando y fundiendo ambas partes.

Daniel Canogar, según palabras de Fernando Francés, Director del CAC Málaga, "transgrede los cánones tradicionales de la fotografía para obtener espectaculares resultados. En su obra conjuga las imágenes estáticas que invaden el espacio ... con los espectadores y las sombras que éstos proyectan, de tal modo que el visitante está rodeado de imágenes e inmerso en ellas, creándose así una simbiosis entre lo artificial y lo biológico." Estas materias son objeto de reflexión continua del arista, que expresa y analiza mediante su obra el deseo del hombre por conocer el cuerpo y la influencia que ha ejercido la tecnología en la percepción humana de la corporeidad. Daniel Canogar habla del "ecosistema visual" para referirse a aquellas imágenes que envuelven al hombre. Según el propio artista, sus instalaciones fotográficas "mimetizan el bombardeo visual al que todos estamos expuestos e intentan explorar cómo el sujeto contemporáneo negocia esta fantasmagórica realidad visual". Estas instalaciones destacan no sólo por la imagen en sí y su tratamiento, que son de un gusto y calidad exquisitos, sino por incorporar a la obra el aparato de proyección utilizado. De esta forma, los tentáculos de fibra óptica empleados junto con los cables y demás dispositivos pasan de ser meros instrumentos materiales a ser parte integrante de la obra, participando así el arte de los medios audiovisuales que se desarrollan y perfeccionan en la sociedad contemporánea.

Daniel Canogar destaca entre sus coetáneos por saber integrar a la perfección el arte y lo último en tecnología digital. Este artista, que comenzó dedicándose a la fotografía, ha mostrado siempre un interés y ecléctico conocimiento de los simuladores de ferias de parques de atracciones populares.

La obra es una representación del género humano en esa continua búsqueda de la ingravidez. Para ello, muestra figuras de personas que se ven distorsionadas por las sombras que proyectan los visitantes al interponerse entre el proyector y la pared. Daniel Canogar pretende dar volumen a las imágenes, convertirlas en "esculturas" mediante un continuo juego de sombras y luces.