C5 colección se inaugura el 25 de abril de 2003 como un espacio abierto a la amplia heterogeneidad de manifestaciones artísticas contemporáneas, un lugar de diálogo y debate sobre las diferentes formas del arte contemporáneo, abierto a todas las opciones de sentir la creación, más allá de géneros y de soportes prefijados, abordando la búsqueda de lo que Susan Sontag considera el valor más alto y liberador del arte: la transparencia. El resultado de esta línea de trabajo, del permanente diálogo entre lo propio y lo universal y de la pulsión diaria de los movimientos urbanos es A Chocolataría: quince meses de experimentación cultural en una antigua fábrica de chocolates. Una alternativa a los espacios canónicos del arte que constata la necesidad de redefinir los complejos y cambiantes puntos de contacto entre la sociedad y las manifestaciones artísticas contemporáneas, cada vez más intersticiales y, por tanto, más difíciles de documentar...y clasificar.
A raíz de esta experiencia, la galería asume un papel activo en el proceso de producción y difusión de la obra de arte: C5 se convierte en Factoría, ampliando su propuesta inicial a través de dos sedes, de más de 1.250 metros cuadrados cada una, en las ciudades de Santiago de Compostela y La Habana; es la confirmación de otro de los compromisos fundacionales de la galería: la apuesta por el diálogo iberoamericano.
El viernes 5 de junio, a las 21:00 h, tendrá lugar la inauguración de la exposición De C5 a Factoría, que incluirá un happening convocado por la gallega Antía Moure y la argentina Graciela Sacco, protagonistas de la última exposición de la Galería C5 colección en su actual emplazamiento. Dos generaciones de artistas que reflejan la unión entre Europa y Latinoamérica, sus respectivas regiones de origen. De manera simbólica, con esta exposición el nuevo espacio toma el relevo de la antigua galería, mediante la unión estética, pero también física, de la sede original de C5, en Travesa da Universidade nº 1, lugar de inicio del happening, con la nueva sede, Rúa da Conga nº 9, en cuya planta baja concluirá. Paralelamente, ambas artistas habrán preparado una amplia intervención urbana mediante la instalación de diversos dispositivos lumínicos y audiovisuales que reforzarán la conexión entre ambos espacios.
Por un lado, Antía Moure, en El último minuto, explora uno de sus territorios conceptuales predilectos: el espacio de la memoria. El espectador, lejos de contemplar, debe reconstruir a través de su recuerdo una obra de carácter fragmentario, una cadena significante dislocada que representa la unión física y emocional de dos edificios, autónomos pero complementarios. Graciela Sacco, por su parte, analiza en M2 (metro cuadrado) las relaciones y los flujos humanos, desde una perspectiva ambigua que hace tangible la memoria colectiva al tiempo que desmaterializa el tránsito físico. Las relaciones espacio-temporales entendidas a la luz de su maleabilidad.
Imágenes de la Exposición
Graciela Sacco, Borceguíes
Entrada actualizada el el 03 jun de 2014
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