Valencia 25 de febrero de 2022. Bajo el título de “Desgravitación pictórica, gestualidad volumétrica” la artista valenciana Gemma Alpuente, muestra su trabajo plástico más reciente como investigadora plástica en Galería Shiras hasta el 5 de marzo. Con una misma línea cromática, plástica y artística, conviven en el mismo espacio distintos tipos de obra, de más tradicional a más disruptiva; con una estética kitsch, colorista, y urbana, que rompe las nociones tradicionales de arte, pintura, dimensiones y la relación entre ellas.
“Según mi manera de concebir el arte, el soporte deja de ser algo indispensable, pasa a ser algo anecdótico. Trato de romper con lo establecido, con las nociones tradicionales, impactar, sorprender y generar curiosidad sobre los materiales que utilizo”. Asegura la artista de Algemesí.
Gemma Alpuente, conocida en redes como @gemalpu, es artista, profesora de arte, investigadora plástica y restauradora. Es precursora de la expansión volumétrica controlada y una de las máximas...representantes del arte disruptivo valenciano. Ha expuesto en espacios míticos como Galería Cuatro, la Universitat de València, el Museo de Historia del Arte de Valencia, Artgemesí o la Fundación Caja Mediterránea, entre otros.
Estudio-Refugio
Un dato curioso es la analogía semántica entre su estudio y la sala expositiva de galería Shiras. El estudio de Gemma Alpuente, considerado como su “propio refugio personal desde el inicio de la pandemia, es un espacio donde se evade del exterior, encauzando la situación de incertidumbre que comenzamos a vivir el pasado 2020, hacia un punto determinante para su carrera. Momento clave en su desarrollo personal y profesional. Esta analogía semántica concluye con el nombre de la sala de esta primera muestra expositiva de carácter individual, pues se denomina “Sala Refugio”, en alusión a su uso original como refugio de guerra. Un espacio de exposición de proyectos vanguardistas y de lanzamiento de artistas emergentes de alta proyección.
Análisis conceptual de la artista
La inquietud por romper con lo establecido, con las nociones tradicionales, con lo supuesto. Es sabido que, a lo largo de la historia del arte, el concepto “cuadro” de forma tradicional, siempre ha estado relegado al binomio de continente y contenido. Por una parte, el continente vendría a ser el soporte lienzo y por otra, el contenido: las manchas de color, grafismos, texturas, pinceladas, que en un segundo plano y adheridas al soporte conforman y dan sentido a la obra.
En este caso, experimentamos un concepto de obra más primario, pues dejamos de lado el soporte para centrarnos en ese conjunto de colores, pinceladas, cromatismos y formas que son las que realmente conforman la obra. El soporte pasa a ser algo anecdótico que puede o no estar presente, y si lo está, puede que no de la forma que se espera. El resto toma protagonismo, viene a un primer plano, de forma literal; adquiere volumen, presencia y se expande libremente por el espacio.
Un nuevo concepto de arte
Además de los colores vibrantes y la singular composición de estas obras, hay que destacar un punto clave que potencia la experiencia del espectador ante las obras de Gemma Alpuente. Y es que estas obras que muestran más que un resultado, un proceso congelado. Las manchas de color parecen estar congeladas en un fotograma de movimiento. Nos explica:
“Si vertimos un líquido que puede ser un bote de pintura sobre una mesa, este la irá recorriendo libremente hasta caer al suelo, pero si justo antes de que la pintura toque el suelo le hacemos una foto, conseguiremos una instantánea de ese preciso momento en el que el líquido se derrama, suelta gotitas por el aire y no toca el suelo. Este concepto lo podemos encontrar en mis obras, es cómo si pudiéramos adentrarnos en una instantánea de un movimiento fluido detenido en un preciso instante, como si entrásemos dentro de una fotografía y pudiéramos observar ese instante desde cada ángulo”.
Entrada actualizada el el 28 feb de 2022
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