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La nueva propuesta expositiva del DHUB se inaugura en plena temporada turística para reflexionar sobre un fenómeno contemporáneo que, sin embargo, tiene sus raíces en los primeros viajeros y exploradores de los siglos XVIII y XIX. Desde el Grand Tour, la necesidad de 'poseer' objetos del lugar visitado, ... como prueba de que el visitante ha estado allí, de que se ha vivido una experiencia, se ha hecho evidente en el viajero. Y esta necesidad ha ido evolucionando de igual modo como ha evolucionado la manera de viajar. Los souvenirs han pasado de ser un objeto único a algo creado expresamente para el turista, a un objeto en serie que representa icónicamente una ciudad, un lugar o incluso un periodo histórico.

Así pues, las diferentes secciones de que se compone la exposición ofrecen un recorrido temático por distintos aspectos del souvenir. El viaje se inicia con un apartado llamado 'La vuelta al mundo en 10 museos' y es una recopilación de 20 objetos, 20 souvenirs, el más hortera y el más cool de una decena de museos de todo el mundo, como el Museum of Art and Design de Nueva York, el Museo Vitra de Weil am Rheim, el Centre Georges Pompidou de París o el Museo del Diseño de Londres. Todos ellos, objetos inferiores a 50 euros que simbolizan los dos extremos del souvenir.

La sección siguiente se engloba dentro de lo que el comisario de la exposición ha llamado 'Descubriendo el mecanismo del souvenir' y que trata de explicar, a través de dos conceptos, por qué motivo el souvenir forma parte indiscutible de un viaje: el fetichismo y la nostalgia. Y es que sin estos dos elementos, seguramente el viajero no volvería a su casa con un souvenir en la maleta.

El apartado que sigue a continuación condensa una 'Pequeña historia del souvenir', desde el trofeo de viaje hasta la herramienta didáctica para la transmisión del conocimiento. Es en esta sección en la que se habla también del libro de viajes y los cuadernos de bitácora, así como de los nuevos medios de reproducción (cámara de vídeo, de fotos, de cine) que posibilitan la 'creación' de un souvenir propio que recoge la experiencia viajera. En este apartado, la pieza estrella es una instalación de media art de Dillier-Scofidio llamada Chain city, que reproduce, desde el punto de vista de un gondolero, un trayecto por las distintas venecias, la real y las que existen en los casinos de Las Vegas, Florida, Tokio, Qatar y Macau. La obra fue una de las más celebradas en la pasada Bienal de Venecia.

Trazada la historia del souvenir y su dinámica, se expone la tesis central de la exposición, el Efecto souvenir. ¿Cómo se reduce la complejidad de un espacio, de una experiencia, en un icono? ¿Cómo se crea esta nueva iconografía, en la que un mismo objeto reúne monumentos y recuerdos? Este apartado está destinado a explicar cómo se genera un imaginario colectivo a través del souvenir, pero también analizará un fenómeno completamente contemporáneo: la 'souvenización'. Se trata de narrar, por ejemplo, cómo un hecho histórico, como la caída del muro de Berlín, se ha convertido en un souvenir a través de los fragmentos de muro que se venden a los turistas; o de cómo la arquitectura del Guggenheim de Bilbao se diseñó específicamente para ser un souvenir que simbolizara la ciudad; incluso cómo la vida-o la muerte- de una persona, como el Che o Lady Di, los ha convertido en iconos y souvenirs.

Finalmente, el último apartado de la exposición, 'Más allá de los tópicos' está destinado a dos tipos de souvenirs: el imaginario y el metasouvenir. En el primer caso, se ha pedido a Constantin Boym y a cinco equipos de jóvenes diseñadores españoles que creen un souvenir para cinco ciudades o lugares imaginarios: la Torre de Babel, las islas de Gulliver, Gotham City, los planetas del Pequeño Príncipe, los lugares que visita Ulises en la Odisea y la ciudad de Metrópolis. En el segundo, se reúne una serie de objetos o imágenes que, a pesar de ser souvenirs, proponen una reflexión que va más allá del lugar que se quiere recordar.

La exposición «Efecto souvenir» es la última actividad del programa Turismo. Espacios de ficción, inaugurado el pasado mes de diciembre con la exposición «Turismo. Espacios de ficción», ambas producciones propias del DHUB. Durante ocho meses, en el marco del programa Turismo. Espacios de ficción se han desarrollado actividades alrededor del turismo desde su planificación, proyectación y diseño. El programa se ha llevado a cabo conjuntamente con otras entidades, y además de las producciones propias del DHUB hemos podido disfrutar de la exposición «La arquitectura del turismo», coproducida con el Colegio de Arquitectos de Cataluña (COAC); la exposición «MultiRamblas», coproducida con el máster de la UPC Intelligent Coast y la exposición «Low Cost: Libres y cómplices», coproducida con la Asociación de Diseñadores Gráficos y la Asociación de Diseñadores Industriales del FAD.