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'Ego yo yo mío mío' es una exposición sobre el ego y sus manifestaciones, proyecciones y excesos. Reúne cincuenta obras realizadas por dieciocho artistas, la mayor parte concebidas expresamente para esta muestra. Cuatro de los ... artistas participantes son habituales de la galería Marlborough: John Davies, Luis Gordillo, R.B. Kitaj y Francisco Leiro. Los otros catorce que han sido invitados pertenecen a distintas generaciones y se expresan en diversos medios y con modos y estilos diferentes.

Esta muestra propone diversas reflexiones sobre una cuestión que podría ser considerada como central en cualquier época histórica y especialmente en estos tiempos marcados por la codicia y la crisis económica y también por los crecientes síntomas de narcisismo y ostentación banal que se dan en las redes sociales y mediáticas. Cabe recordar, sin embargo, que el exceso de ego de algunos era ya un problema colosal (y lo era para muchos, como ahora) en las épocas de los faraones y de otros tiranos autodivinizados o ególatras laicos al estilo Mao.

En las obras seleccionadas podemos ver imágenes de egos que se inflan, se ensimisman, se encierran, se enmascaran, se expanden, se proyectan en los otros, se encuentran con otros egos, pretenden ser líderes, pretenden ser dioses, son animales, sueñan, ocupan espacios, se miran en espejos, se aman a sí mismos, se apropian de lo ajeno, se ponen medallas, quieren aplausos y fans, posan en pedestales, se convierten en objetos, se multiplican, se convierten en monstruos o en tontos, devoran, abrazan, dañan, se dañan, se autoabsuelven, intentan disolverse, hacen yoga... 'Ego yo yo mío mío' quiere ser, ya desde su propio título, también una reivindicación de la libertad, la diversidad e incluso la frescura y la naturalidad en un ámbito, el del arte contemporáneo, que a veces incurre en la pose pretenciosa o se empobrece al encerrarse en unas estéticas y maneras neoacadémicas y previsibles. En esta exposición conviven la pintura y la instalación conceptual, la escultura de reciclaje y la talla de madera, la fotografía y el cómic de vanguardia, la visión surrealista y el tono pop, el sentido del humor y la reflexión filosófica.

En las obras que componen esta muestra la dimensión estética es importante, pero no es el único fin. Quizá lo que tienen en común todos los artistas participantes es su capacidad para dar cuenta de la condición y la situación humana en nuestra época. Por ello, dada la condición y la situación, un elemento común en casi todas estas obras tan distintas es la presencia de la inteligencia humorística, de lo que se ha llamado sentido del humor: un arma o una armadura, dadas las circunstancias.

Esta exposición significa también un encuentro entre diferentes generaciones, medios y modos de expresión artística y de comprensión de la realidad. Junto a la pintura de R.B. Kitaj (Cleveland, 1932-Los Angeles, 2007) y la escultura de John Davies (Cheshire, 1946), exponentes de la mejor figuración anglosajona, podemos encontrar prolongaciones y renovaciones de esa línea en las pinturas de Marcos Palazzi (Barcelona, 1965) y en las esculturas de Samuel Salcedo (Barcelona, 1975).

Buena parte de los artistas seleccionados logran conciliar la imaginación surrealista con la inmediatez del pop. Algunos lo hacen mediante el dibujo. Guillem Cifré (Barcelona, 1952) y Micharmut (El Cabanyal, Valencia, 1953) son dos de los dibujantes y autores de cómic de vanguardia más originales en activo, a nivel internacional. Es interesante constatar que sus obras dialogan naturalmente con los dibujos de máscaras que presenta Luis Gordillo (Sevilla, 1934).

Sara Huete (Santander, 1958) compone comedias filosóficas en forma de collages que llegan a tener el relieve propio de un ensamblaje. Sergio Mora (Barcelona, 1975), entre la pintura y la ilustración, conecta con la corriente de origen californiano llamada 'pop-surrealism' y la renueva, al igual que Lusesita (Calahorra, La Rioja, 1979), cuya rara escultura evoca a la vez el abrazo desgarrador y la camisa de fuerza.

Cesc Riera (Barcelona, 1960), Manel Rubiales (Barcelona, 1952) y Jordi W. Saladrigas (Barcelona 1958) son exponentes destacados de una corriente que en Barcelona ha tenido un amplio desarrollo. Sus esculturas y ensamblajes son obras de reciclaje, figuraciones materialmente ultrapobres y poéticamente sustanciosas. Las esculturas de Francisco Leiro (Cambados, Pontevedra, 1957) y las de Nico Nubiola (Barcelona, 1964) combinan el expresionismo y la ironía. Otra escultora, Fina Oliver (Reus, Tarragona, 1958), presenta aquí un gran dibujo textil, a la vez ensimismado y expansivo.

Paula Ospina (Bogotá, 1977) conecta con Louise Bourgeois y desarrolla el tema de la 'Mujer Casa' con medios fotográficos y en otros sentidos. Finalmente, Manuel de Val (Barcelona, 1956) representa la posibilidad de un arte conceptual todavía sorprendente. Su instalación en forma de estanterías incluye veinte pequeñas pinturas que se exponen como libros consultables, tocables. Una de esas piezas se titula 'Ego me absolvo'.