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Poco podemos decir que no digan los dibujos de Marcel van Eeden. Nos encontramos ante un tipo de obra narrativa, en la que cada dibujo es un episodio de una historia que mezcla ficción y realidad, y cuyo protagonista suele ser quien da título a sus exposiciones.

La particularidad del protagonista de la muestra que nos ocupa, Oswald Sollmann “El Arqueólogo”, es que contiene tintes autobiográficos, puesto que el personaje visita aquellos lugares en los que también ha estado su creador, el propio artista.

Sus dibujos, realizados con lápiz grueso y rotulador y siempre en blanco y negro, están provistos de dramáticos efectos de luz y ambiente siniestro, rezumando suspense como en una película de Hitchkock. La obra de Marcel van Eeden presenta una sucesión de acontecimientos -en cierto ... modo banales y rutinarios-, con los que pretende dar a conocer determinados momentos de nuestra historia reciente vistos desde el prisma de lo habitual. Nos aleja de los grandes acontecimientos históricos para mostrarnos cómo la historia se escribe con los actos cotidianos de personas anónimas. En este sentido, el artista participa de la creación de esta historia realizando diariamente uno de sus fantásticos dibujos en blanco y negro.

Partiendo de fotografías e imágenes anteriores a 1965 -fecha de su nacimiento-, el artista reflexiona sobre su presencia y ausencia en el devenir histórico, y cómo desde el momento en el que nace, comienza a forma parte activa de esa historia.