Rafael Masiá, que desde hace varios años viene protagonizando un discurso desde la figuración, con una pintura que encuentra y retrata el hecho figurativo, recuerda una realidad que se organiza y va fuerte en una relación de figuras que se asientan en una escena de fondo deliberadamente abstracto, por resultado y por encuentro. Restos de la figura, casi a modo de sombras, a través de los que intuimos una sucesión de argumentos, casi murmullos sonoros y táctiles, que se condensan en el recorrido por su pintura diaria, paralela y complementaria.

La obra de Vicente Prego puede reconocerse dentro de un apartado de reflexión de la historia, del paisaje y también del presente. Elementos de contacto y debate con el pasado, en una fructífera producción de pinturas, casi siempre realizadas sobre madera y contrachapado, donde va almacenando sus estudios, sus investigaciones desde lo pictórico, en una intención de rescatar cierto peso de ... la memoria y de los lugares históricos, siempre encerrados en la pátina de un archivo. Hoy aparecen arañados descubriendo su existencia y la fuerza compositiva de luces y espacios.

Cada una de las obras de Xurxo Martiño residen en una estructura determinada, experimentada y estudiada. Su producción se instala previamente en el bosquejo, en una dimensión de esbozo, de prueba y duda, en la medida que marca el escritorio, el cálculo horizontal entre la mano y el soporte. Dicha producción se agrupa además bajo una misma tendencia constructiva, de acercamiento y profundización en temáticas cotidianas, desde la naturaleza muerta al paisaje. Sus cuadros son más que ningunos el resultado de un proceso; numerosas capas superpuestas, partes que se posan unas sobre otras a modo de rompecabezas, rescatando sombras y luces, dibujando siluetas, remarcando la tendencia compositiva de espacios en formación, cambiantes, vividos.