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Mariano Vilallonga, cercamientos y perplejidades

El escultor y arquitecto, especialista en urbanismo, Mariano Vilallonga (Madrid, 1952) presentará en esta muestra un recorrido por su obra. Desde sus características figuras humanas en bronce -que suben, bajan y miran, alargadas e inquietas-, hasta las nuevas exploraciones en las que utiliza la madera y el aluminio para representar rascacielos o entronar personajes. Una evolución desde el pequeño formato característico de una parte de sus creaciones a formatos más contundentes y de mayores dimensiones.

'Mariano Vilallonga consigue transmitirnos, a través de esculturas que reflejan, en su mayoría, aspectos de la vida cotidiana, su percepción de que ... la belleza reside en ellas', tal y como explica Carla Zucatelli. El artista lanza una mirada de perplejidad hacia el mundo, en obras como El Monarca o Apeémonos, con una visión crítica de la realidad. Seres ambulantes y de patas largas como los de la escultura Aves canoras, 'un par de pájaros patilargos con cara de humanos que dan la sensación de saber más sobre cualquier cosa que ninguna persona', interpreta Zucatelli.

También las escaleras son un tema recurrente en sus piezas, que reflejan 'la belleza de que algo grande está por venir y nos muestra la manera de llegar a ello: las escaleras. Peldaño a peldaño, sintiéndonos a cada paso más pequeñitos, pero más ciertos'. El propio montaje de las esculturas en la exposición también transmitirá esta mirada perpleja a un mundo en constante cambio, a través de andamios y telas en los que se situarán las esculturas. Algunas de ellas también se presentarán integradas en los cuadros de Coro López-Izquierdo, como personajes que habitan la ciudad, sus calles y sus portales.

Coro López-Izquierdo, degradación y ensoñación

En perfecto contrapunto con las esculturas de Vilallonga, los cuadros de la artista y arquitecta Coro López-Izquierdo (Madrid, 1958) llenarán las paredes de Casa de Vacas con las imágenes de un Madrid transgredido. 'Me choca siempre, al pasear por la capital, el cambio continuo que se produce en la ciudad, su fisonomía está en constante transformación', afirma la artista.

La degradación de los edificios, las obras, los carteles, graffitti y vallas publicitarias se reflejan en sus lienzos, al tiempo que sugieren una cierta idealización, una ensoñación de la pintora. En los cuadros de López-Izquierdo los anuncios comerciales de estética agresiva se transforman, a través del collage, en paisajes idílicos de descanso, referencias al mundo del arte o personajes singulares.

Las fachadas degradadas se restauran y las construcciones recuperan su armonía. Esa armonía se plasma también en el propio montaje de la exposición, basado en una distribución modular de 192 x 192 cm a la que se adaptan los cuadros de distintos formatos. Dentro de dichas medidas, la muestra incluye también un mural compuesto por módulos de 30 x 60 cm con fachadas y edificios reconocibles que proponen un recorrido por las calles de Madrid y por el Parque de El Retiro.

La selección de obras se completa con cuatro lienzos que hacen referencia a los procesos de construcción y reformas: sacos de cemento y habitaciones en obras completan la idea de cambio, evolución y construcción que transmite la plástica de López-Izquierdo. 'Esta exposición es el principio de una temática', señala la artista, 'se podría seguir durante mucho tiempo encontrando fachadas interesantes en Madrid, locales tradicionales, con insólitos cambios de uso u otros simplemente abandonados y cerrados'.