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Nueve artistas, ocho proyectos. Con cada uno ellos me he relacionado a través de trabajos en común, proyectos generados en conjunto, experiencias docentes, viajes o variadas confabulaciones que han trascendido lo puramente amistoso o lo típicamente profesional.

A todos los valoro y admiro. Juntarlos es potenciarlos. Bajo la consigna de Foucault de pensar en las heterotopías como espacios de construcción social, vínculos y negociaciones, les propongo trabajar juntos o al menos en pensar el hecho de una muestra donde hay que compartir un lugar común para ser únicos. Llenos y vacíos no son instancias indiferentes. Cada uno es, lo que es, su historia su vida sus acciones y creaciones.

Estos diez artistas, variopintos, ... generacionalmente disimiles, con prácticas artísticas algunas más próximas a otros, video, la TV digital, el sonido, investigaciones tecnológicas, las artes plásticas como la pintura o la cerámica. Incluso prácticas contemporáneas como la intervención, instalación, apropiación, performance y militancia del arte, la política o las cuestiones de género.

Esta muestra es una respuesta positiva. Esta unión arbitraria condiciona el entorno y a ellos mismos. Para Sartre el infierno son los otros, Barthes reflexiona como vivir juntos y Bourriaud como crear relacionándose.

En el ruedo del espacio de Pasaje 17, pleno centro comercial y administrativo, oficinas, negocios, supermercado, ruido y colectivos humeantes ellos producen instalaciones intervenciones. Del afuera al adentro ellos buscaran un sentido en el espacio, encontrándolo, encontrándose. Encontrándome.