La intención de Armengol al crear Herbarium era utilizar la cámara para rescatar del anonimato a esas plantas aparentemente sencillas y mostrar su serena belleza. Herbarium hace mucho más que eso. En estas fotografías se produce una metamorfosis gracias a la cual la imagen de una hierba sin pretensiones se transmuta. Lo vulgar se torna profundo y misterioso, transformado en un festín para la vista. Vibrantes de energía, hojas y zarcillos se rizan y retuercen con gótica exuberancia, gruesos pistilos perforan el aire con sensualidad; las cabezuelas floridas penden delicadamente de tallos radiantes, y la visión del artista nos permite verlas en su sublime esplendor.