La obra de Perianes, desarrollada a través de los campos de la pintura expandida, el mural y el poema-objeto, es mayoritariamente escultórica. Sus piezas, de gran riqueza formal, están basadas en una figuración muy atrayente para el espectador, conseguida a través de composiciones depuradas y colores planos.

Su trabajo toma como punto de partida el micro-relato, el mito y la fábula, por lo que sus obras guardan un sutil componente narrativo, nunca lineal, a través de la figuración. De este modo, construye poemas-objeto que, a pesar de tener una apariencia exterior sencilla o ingenua, funcionan a modo de perverso rompecabezas. Lo que obliga al público a construir, o mejor, a reconstruir su historia, y a enfrentarse con sus múltiples implicaciones.

Las piezas de Perianes parece mostrar con claridad un relato intrínseco, pero esconden ... siempre un misterio, de forma que infunden al espectador una suerte de inquietud. Provocando en el público, en primera instancia, curiosidad, y después, cierto reparo en satisfacerla.

Otro rasgo que identifica con fuerza la obra de Perianes, es su querencia por un cuidado acabado artesanal de sus piezas. En palabras del artista, el trabajo artesanal posee un atractivo suplementario, dado que no constituye una simple copia pasiva de lo real, sino una verdadera experiencia sobre el objeto.

El arte, para Perianes, se sitúa a medio camino entre el pensamiento mítico y el pensamiento científico. El medio artesanal posibilita la creación de una obra de arte que al mismo tiempo es un objeto de conocimiento. La creación de un objeto artístico para Perianes no sólo significa una experiencia poética, sino una experiencia cognitiva que se alcanza a través del trabajo lento y minucioso aplicado a la pieza.