Pionero de la abstracción

Esteban Lisa: Retornos, Toledo 1895 - Buenos Aires 1983 es una exposición retrospectiva que abarca la obra de Esteban Lisa desde los años 30 hasta la década de los 70. Constituye la primera exposición de la obra del pintor en su ciudad natal, Toledo, en el Museo de Santa Cruz. La exposición en el Museo de Santa Cruz coincidirá además con la gran exposición retrospectiva del otro gran artista toledano, El Greco 2014, del que se conmemora ahora el cuarto centenario de su muerte. En el catálogo de la exposición se encuentra un texto crítico donde se relaciona directamente la obra de Lisa con la de El Greco, sirviendo de prólogo a las celebraciones previstas para el año próximo.

Nacido en Hinojosa de San Vicente en 1895, el joven Esteban Lisa se vió obligado ... a emigrar a Buenos Aires, con apenas doce años. Junto con Emilio Pettoruti, Juan Del Prete y Joaquín Torres-García, Esteban Lisa es uno de los pioneros de la abstracción en América Latina y también en España. Este dato, sin embargo, apenas se ha divulgado, porque hasta hace poco se desconocía la importancia de este artista. Este desconocimiento se puede atribuir a dos factores principales: en primer lugar, pese a que Lisa fue un artista muy prolífico, a lo largo de su vida nunca expuso ni comercializó su obra; y en segundo lugar, las formas de la abstracción que desarrolló no encajan fácilmente en las principales corrientes abstractas modernas, que se desarrollaron en Argentina y en América Latina entre los años 40 y los 70 del pasado siglo XX.

Filósofo y pensador

Esteban Lisa se consideraba al final de su vida ante todo un pensador y un profesor; no tanto un profesor de arte convencional, sino más bien un filósofo idealista y humanista, que creía que la producción de arte abstracto, fundamentada en la filosofía y en la ciencia, la estética, la música y la ética, podría constituir la base para la comprensión de su 'teoría de la cosmovisión', una mezcla de iluminación espiritual, de filosofía de la ciencia y de creatividad. La exposición se presenta también por este motivo como una exposición bibliográfica, con una muestra de las numerosas publicaciones que Lisa editó y difundió por todo el mundo, a lo largo de los últimos años de su vida.

Desde los años 30 hasta su fallecimiento en 1983, la obra pictórica de Lisa atravesó diversos períodos estilísticos. Su grandeza como artista se puede apreciar ya en sus primeras composiciones geométricas, de mediados de los años 30, que contrastaban campos planos en colores brillantes. La evolución posterior se manifiesta en series tales como Composiciones (finales de los años 30 - principios de los 50), Actos Espaciales (desde 1954 hasta finales de los 50), y Juegos de Líneas y Colores (desde los 50 hasta los 70). En estas obras de su madurez, destaca su empleo más sofisticado del color, al incorporar una serie compleja de símbolos, trazos y elementos compositivos que rompían con toda estructura geométrica definida y que podrían calificarse como abstracción gestual. Producía, casi a diario, obras en pequeño formato que constituían una exploración íntima y constante de la abstracción. En 1955 Lisa fundó en Buenos Aires la Escuela de Arte Moderno 'Las Cuatro Dimensiones', una institución que refleja su convicción de que la teoría de Einstein sobre la cuarta dimensión y la noción kantiana del espacio-tiempo eran los elementos clave de una forma profunda de abstracción espiritual.

Artista comprometido

Lisa fue un artista comprometido y disciplinado, dedicado a una búsqueda personal constante, íntima e intensa, que transcendía los confines de la producción artística de su tiempo y de Argentina. Lisa nunca renunció a sus raíces europeas (y españolas), y consideraba que su arte participaba en un diálogo silencioso con algunos de los grandes artistas de la primera mitad del siglo, tales como Picasso, Miró, Mondrian, Klee y Kandinsky. Esto no implica que tengamos que comparar a Lisa con estas figuras. Más bien, nos ayuda a comprender que, aunque no le interesaba el reconocimiento personal, no concebía su búsqueda como una tarea en solitario -por singular que fuera, dentro del contexto de la abstracción en América Latina- sino como un proyecto universal, que había que compartir, de forma simbólica, con otros grandes artistas y pensadores de su época y también con sus alumnos.