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SANDRA CINTO. A Travessia Difícil

Sandra Cinto (Santo André/SP, Brasil, 1968) construye discursos como tejidos de huellas capaces de desbordar cualquier contexto. Partiendo del acto de dibujar, Sandra Cinto interviene gráficamente los espacios arquitectónicos, los objetos o cualquier imagen, que pasa a cobrar un carácter híbrido. Sandra Cinto conforma el más expandido de los autorretratos, desgarrador en su humor nostálgico y frágil en su apariencia. Cada gesto caligráfico es una emoción contenida, vivida. En sus obras hay mucho que reconstruir; no cabe duda que su paisajismo surrealista es un texto en movimiento, un hipertexto lleno de vínculos ... o estímulos visuales que no acaban de emitir un final. Porque más que multiplicar los espacios, Sandra Cinto los deriva a partir de un discurso performático de la delicadeza, como pidiendo perdón en la impudicia de su intimidad; títulos de series como Palavras ocultas, Dias de Felicidade, Noites de Esperança, A Casa do Sonhador, O abrigo impossível, A Travessia Difícil o A Ponte Impossível, hablan de esa turbulencia con forma de imposibilidad que acaba por distorsionar la realidad.

El espectador se ve envuelto, así, en el mundo soñado de Sandra Cinto; es como si viviese una situación aliciante y, como Alicia, consiguiera atravesar el espejo. Aunque en el fondo, Sandra Cinto ejerce una resistencia a la realidad pura con unos dibujos murales donde no percibimos fronteras ni perspectivas. En este sentido, debemos hablar de un trabajo equilibrista entre la esperanza (libertad) y la frustración (política). Por eso sus libros también son ciegos, como inaccesibles lo son a quienes no pueden leerlos por ser analfabetos, o sus camas y armarios cojos, como esa desigualdad imparable. Y siempre a partir de cierto humor raquítico como una sonrisa que deja ver las caries.

Sandra Cinto ha expuesto individualmente en el Centre de Création Bagouzes la Perouse en Francia, en la Casa de América de Madrid o en el Museo de Arte Moderna de São Paulo y en importantes colectivas en el IVAM, The Hight Museum of Contemporary Art de Atlanta, MoCA de San Diego, Institute of Contemporary Art de Boston o en el Centre Georges Pompidou. Su obra está en colecciones como las de Fundación ARCO, el CGAC o el Museo de Arte de San Diego.

JOSÉ SPANIOL. O descanso da sala

En las obras de José Spaniol nos movemos dentro (o fuera) de un espacio indefinido, con signos que, antes de situarnos, acaban por ahogarse en una ausencia de límites. Su trabajo busca un espectador capaz de experimentar dislocaciones y energías; en definitiva, capaz de valorar más el ‘entre’ que el ‘antes’ o el ‘después’. En ese sentido, resuelve como un escultor de ‘formas perdidas’, de esos que se dejan atropellar por un tiempo capaz de desdoblar nuestra mirada, por esa propiedad espectral de la memoria que señalaría Bachelard. Así, se siente atraído por el mundo de la sombra, por la mirada aparente, por el cruce de gestos. Por eso, en muchos casos, recoge la idea de espejo más que como límite, como intervalo para imaginar un infinito, como duplicador de formas.

En las obras de José Spaniol precisamos de tiempo para orientarnos, para concretar en qué lugar estamos en esta suerte de juego de escalas. Spaniol juega con lo conocido, aunque no lleguemos a identificarlo completamente; todo es cotidiano y, a la vez, extraño. Y siempre con el espacio como protagonista, como devenir.

Diremos así que los trabajos de Spaniol son esculturas con tiempo. Pensemos en las obras agrupadas bajo el título de O descanso da sala. En éstas, las sillas de enormes dimensiones se desdoblaban como si obedeciesen a la precipitación de un sueño. Spaniol cuestiona así el orden de las cosas. Con un mesurado sentido del humor, nos invita a entrar en un mundo de fisuras perceptivas donde trabajar lo indescifrable, como en poesía. La mirada predominantemente escultórica de Spaniol es, sobre todo, acontecimiento, un hacer posible donde la realidad es irreal, irónico sueño. Spaniol ha expuesto en lugares como la Pinacoteca de São Paulo o el Museo de Arte Moderno de São Paulo.

ARTURO FUENTES

Arturo Fuentes (Orense, 1975) lega una obra flexible con piezas que podemos definir como esculturas, cuando no son más que débiles juguetes de construcción precaria e improvisado movimiento que actúan como elementos humorísticos que obedecen a un movimiento inesperado. Desintelectualiza así el objeto artístico gracias a determinados procesos irreproducibles que hacen diferente la pieza en cada una de sus presentaciones. Sus Siete idiotas buscando límites, divertida y original instalación mecánica que consiste en siete cepillos a motor que nos recuerdan el movimiento sin sentido de los coches de choque y desarrollan un recorrido indeterminado que revela una particular poesía de los objetos; sus idiotas eliminan los centros de interés y subrayan la importancia del campo en un constante coqueteo con los límites físicos. Las mismas dudas nos asaltan al enfrentarnos con unas dianas imposibles que nos explican que…esto no es exactamente así… (elogio de lo borroso), como reza su título.

Arturo Fuentes enfatiza la intervención de la casualidad en el proceso creativo y conforma agrupamientos de naturaleza aleatoria que cuestionan e inciden sobre las nociones de configuración y totalidad. Son, en definitiva, especulaciones que caminan sobre ambivalencias y estados contrarios como el orden y el caos. Así, intuye que "el papel del artista como ser abstraído de la realidad ha llegado a su momento crítico y la necesidad de una integración real del espectador en la obra de arte es algo ya incuestionable". Con el error como protagonista, Arturo dibuja interferencias y lo hace con una crítica rítmica, con mecanismos inestables que en su actividad conquistan diferentes espacios que actúan por sí mismos pero a expensas de otras voluntades, productos del automatismo.

DIEGO SANTOMÉ. Se ofrece artista

Diego Santomé (Vigo, 1966) es un artista interesado en la idea de proyecto. Con producciones que ligan mucho con el concepto de la performance, Santomé construye acciones para conectar con lo social, desde los márgenes de lo que se considera arte y valiéndose del humor y la ironía para llegar a sus fines. En el trabajo de Diego Santomé existe, por tanto, un interés crítico, un posicionamiento nada cómodo que le llevan a ensayar fórmulas relacionales que desbordan la rigidez y convenciones del arte serio.

Santomé entiende el arte como actitud y, por eso, todo semeja cotidiano y simple en sus obras, porque desde sus pequeños relatos de vídeo hasta las más complejas videoinstalaciones, todo se resuelve como la más personal de las poesías, como un diario íntimo. Y es que su obra se nutre sobre todo de las vivencias del día a día, desde el entierro del gato familiar, la exposición de dibujos que representan acciones de su cotidianidad, la disposición de un teléfono para hablar con el propio artista, unas bolas de billar desprovistas de su función producto de una divertida mudanza de escala, la oferta de sí mismo como artista, acciones de sus hijos, o la creación de su propia Fundación a partir de una inteligente y cáustica estrategia de legitimación en el universo comercial del arte, etc.

Diego Santomé confiesa interesarse por las fórmulas de reutilización y reciclaje artístico, ya sea realizando un bien social -como en el proyecto cinematográfico que preparó para el MARCO de Vigo- o coqueteando con la propia historia del cine a partir de autores referencia para su obra como Kiarostami, Sokurov, Tarkovski o Guerín. Un making-off con tintes de humor de lo que pasa a nuestro alrededor.

JOÃO PEDRO VALE. Are you still awake?

João Pedro Vale (Lisboa, 1976) actúa desde lo subversivo, desarticulando la práctica convencional de la escultura a partir de un estilo desenfadado y humorístico que le permite incidir en la defensa de las minorías sociales y sexuales o en problemas relativos a la identidad. Su obra podría verse como una parodia, en tanto que imitación burlesca de lo serio, denunciando el conjunto de normas impuestas a partir de fábulas y personajes que, casi siempre, proceden de un imaginario infantil.

Joâo Pedro Vale trabaja a partir de conocidas historias, tradiciones o personajes, para desvirtuar el contexto que los define y legar una obra abierta, siempre con un sentido crítico producto de un cuestionar continuo de la vida como conjunto de normas. Cuestiona así el concepto de identidad en sus acepciones política, histórico-cultural y sexual creando múltiples dislocaciones simbólicas.

Desde 2000, su obra ha sido objeto de diversas exposiciones individuales, entre ellas Quem Não Chora Não Mama, Casa d’Os Dias da Água, 2006; Misericórdia, Galeria Filomena Soares, Lisboa, 2005; Where the streets have no name, Blarney Street, Cork y Bonfim, Museu do Chiado – MNAC de Lisboa. Su obra está representada en colecciones públicas como Ellipse Foundation – Contemporary Art Collection, Alcoitão, Centro de Arte Moderna – Fundação Calouste Gulbenkian, Lisboa y Museu do Chiado – MNAC, Lisboa. A pesar de su juventud, João Pedro Vale goza de una trayectoria densa que le ha llevado a participar en importantes muestras internacionales como la primera Bienal de Sevilla comisariada por Harald Szeeman o Del Zero al 2005, en la Fundación Marcelino Botín de Santander.

JOÃO TABARRA. G

Referente indiscutible de la fotografía en Portugal, João Tabarra (Lisboa, 1966) ha sido capaz de conformar una trayectoria sólida desde principios de los años noventa. Crítico e irónico, Tabarra acostumbra a trabajar con imágenes impregnadas de un humor corrosivo que ponen de manifiesto una visión de la sociedad contemporánea habitada por personajes y situaciones ambiguas; Tabarra practica un tipo de deconstrucción crítica, que invita a desconfiar de lo que vemos.

En el MACUF se reúnen algunos de los trabajos desarrollados en sus últimos dos años, teniendo el vídeo como medio predominante. Las imágenes producidas por João Tabarra están repletas de iconos, símbolos y otros elementos que, a pesar de no ser familiares, tiene su potencial de significación minado por el modo en que son alterados, reformulados, organizados y relacionados. La ambigüedad resultante, más allá del humor y de lo burlesco, evidentes en una primera mirada, enfatiza la imposibilidad de la condición humana.

El trabajo de João Tabarra ha sido presentado en instituciones internacionales como Caixaforum en Barcelona, Bloomberg Space en Londres, Institut d’Art Contemporain de Villeurbanne en Lyon, el Museu de Serralves en Oporto y el Museu do Chiado – MNAC, en Lisboa. Su obra está en colecciones como el Museu do Chiado, CGAC, Museu de Serralves, Banco Privado, Institut D’Art Contemporain Lyon, Elipse Foundation o Portugal Telecom. Ha sido el representante de Portugal en la XXV Bienal de São Paulo.