Ana Pérez Ventura (Santiago de Compostela, 1981) compagina su actividad plástica con la musical, manteniendo entre ellas una relación de proximidad. Formada en Bellas Artes en las Universidades de Vigo y Barcelona y en Música en los conservatorios de Vigo y Ámsterdam, en el año 2009 realizó un máster en la Sorbona sobre las relaciones entre ambas disciplinas y desde entonces reside en París, investigando sobre las posibilidades de la interacción entre artes visuales y música, con la repetición como recurso fundamental.
Su propia experiencia como pianista y los ejercicios de repetición, que realiza diariamente como base de su rutina para perfeccionar el dominio del instrumento, le han servido de base para plantear una obra que ya ha sido premiada con el Artension y con becas de la Fundación Barrié de la Maza o la de la Fundación Segundo Gil Dávila. También participó en el II Encontro de Artistas Novos en...la Cidade da Cultura de Galicia, ha presentado muestras individuales en el Colegio de España en París y en las galerías parisinas H Gallery, Artemper y Point Doré. También ha participado en colectivas en el Château de la Veyrie de Bernin, Abstract Projet, el Parc Floral, la Galerie Sisso, la Politécnica de Valencia o el Guoyi Art Museum.
Sus dos pasiones han discurrido a lo largo de su vida por caminos parejos hasta que las enlaza de una forma muy natural, buscando que el arte le sirva para capturar y dejar constancia material del tiempo intangible de la música. En su obra plástica tiene una gran importancia su experiencia como pianista clásica. Son innumerables las horas repitiendo ejercicios y pasajes de partituras que se convierten en gestos sobre el instrumento. En este proceso lento de aprendizaje, el cuerpo necesita interiorizar los movimientos y ello se consigue únicamente mediante la repetición. Es un proceso efímero que se diluye a medida que se produce y deja de serlo cuando lo lleva a la pintura.
Le interesan las diferentes variaciones que se producen inevitablemente en cada repetición. Con su trabajo pictórico hace un registro orgánico del paso del tiempo, como un metrónomo humano. Emplea en cada proyecto la técnica más adecuada, buscando la que se adapte mejor a la idea que quiere transmitir. La búsqueda de soluciones técnicas forma parte de una obra que se mueve en el universo de autores que dan mucha importancia al proceso de trabajo, a la serialidad, al ritmo y al mantenimiento de patrones. Pollock, Sean Scully, Opalka, Klee, Agnes Martin, Wenzel Ziersch, Ignacio Uriarte, Gregory Hayes…se sitúan, sin duda, entre algunos de sus referentes.
La serie ÉTUDES la inició hace ya diez años y consta, hasta el momento, de unos doscientos trabajos. Un estudio, en música, es una pieza de carácter didáctico destinada a trabajar un problema técnico específico, un gesto concreto. Debido a ésto los estudios tienen una escritura muy repetitiva. Por causas anatómicas, la mayor parte de los gestos utilizados en el piano son de naturaleza circular. Trasladando dichos gestos al soporte pictórico, repite de manera ordenada, llenando todo espacio pictórico, un movimiento rítmico repetitivo circular que va trazando una línea continua. Repite el proceso en distintas capas o estratos, en algunas de las obras hasta cincuenta capas, dejando así constancia material del paso del tiempo.
Imágenes de la Exposición
Ana Pérez Ventura — Cortesía de la Galería Metro
Entrada actualizada el el 27 sep de 2019
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