La Sala de Proyectos de La Térmica, presenta una exposición de retratos realizados por Fabio de Miguel (Madrid, 1957) a lo largo de más de tres décadas de actividad pictórica.

En el tránsito de los años 70 a los 80, Fabio conjugó con soltura todas sus vocaciones conocidas: estrella en películas de Almodóvar, modelo para Pablo Pérez-Mínguez y otros fotógrafos, cantante y letrista en diversos proyectos musicales, fascinante performer, imprevisible presentador en conciertos de Alaska y los Pegamoides.. y también pintor, de la mano del tandem formado por Enrique Naya y Juan Carrero, a los que Fabio bautizó como Costus y junto a los que debutó en la exposición El chochonismo ilustrado, presentada en la galería Fernando Vijande, de Madrid, en1981.

Consecuencia y reflejo de aquella aventura artística y personal es la presente exposición, Fabio: Autor[de]retratos [1980-2014], que ... recorre y resume toda su trayectoria plástica en una veintena de obras que tienen como eje central el autorretrato realizado para ilustrar la portada de su álbum recopilatorio Maricloneando, puesto que en palabras de Pablo Sycet Torres, comisario de la muestra, 'en los retratos que pinta y firma Fabio subyace un determinante denominador común que dinamita el propio concepto de retrato y que cualquiera puede advertir y paladear: desde un punto de vista iconográfico, sus retratos siempre están a medio camino entre la imagen del retratista y la del retratado, entre el pintor y su modelo. O sea, que el resultado final parece diluir las fronteras establecidas entre retrato y autorretrato porque su forma de mirar y de pintar parece estar fuera de norma, ajena a cualquier convención establecida sobre el género'.

Lo que para Fabio empezó como un capricho experimental en Casa Costus alentado por Naya y Carrero -de hecho algunas obras las pintaron los tres al alimón- ha terminado convirtiéndose en el mejor vehículo para encauzar su sensibilidad e inquietudes, porque todas sus demás actividades han ido diluyéndose, con el paso de los años, en favor de la pintura, que centra hoy todas sus energías: un camino de perfección -que mucho tiene de teresiano, como su propia vida- ha conducido a Fabio desde aquellos primeros retratos hieráticos -el de Juan Costus (1980) que abre cronológicamente esta selección es buen ejemplo- hasta la sofisticada maestría de destilan sus tiparracas y vampirujas, o la magnífica serie Lady Warhol de los últimos años.