El destacado fotógrafo mexicano Pedro Meyer visitará la Argentina para formar parte de la Séptima Bienal Argentina de Fotografía Documental en Tucumán, un festival internacional que mira la fotografía, su problemática y toda la producción desde un cristal testimonial.
La séptima edición tendrá lugar del 5 al 8 de octubre en los principales espacios culturales de San Miguel de Tucumán y se realizarán 20 muestras de fotografía, conferencias, talleres, revisión de portfolios e invitados internacionales, con eje en el Bicentenario de la Independencia argentina.
Durante la Bienal se entregará una distinción a Pedro Meyer, que ya fue otorgada a otros fotógrafos como Alfredo Franco, Sara Facio, al norteamericano Fred Ritchin y a la chilena Paz Errázuriz. Además, Meyer presentará una exposición individual, Face to face, curada por el fotógrafo mexicano Francisco Mata Rosas, e impartirá una conferencia magistral, el miércoles 5 de octubre a las 19.30, en el auditorio del Centro Cultural...E. F. Virla, UNT.
En “Face to face”, el fotógrafo presenta 56 retratos de familiares, amigos y colegas, así como autorretratos, tomados especialmente para redes sociales, en los que experimenta con nuevo elementos y tecnologías. La muestra inaugurará el viernes 7 de octubre a las 20.30 en el Museo Provincial de Bellas Artes “Timoteo Navarro” (9 de julio 44).
Sobre Pedro Meyer
Meyer nació en Madrid y emigró a México durante el exilio republicano, donde vive desde aquel momento. Es uno de los pioneros y más reconocidos representantes de la fotografía contemporánea. Fue el fundador y presidente del Consejo mexicano de fotografía.
Además de su trabajo fotográfico presentado en más de 260 exhibiciones alrededor del mundo, fue maestro en instituciones de prestigio, curador, editor, y fundador del portal web ZoneZero, que alberga el trabajo de más de mil fotógrafos de todo el mundo. Ha recibido la beca Guggenheim (1987), el Premio Internazionale di Cultura Citta di Anghiari (1985/1993), el National Endowment for the Arts y el California Museum of Photography, y la primera beca destinada a un proyecto en la red de parte de la Fundación Rockefeller.
Su prolífico trabajo indaga en preguntas filosóficas y explora los cambios tecnológicos. A principios de los 90 presentó Fotografío para recordar, una muestra en la que cuenta la historia de sus padres y que volcó en un CD ROM, el primero con sonido e imágenes que se hizo en el mundo. En su serie Verdades y Ficciones recreó algunas imágenes en Photoshop que marcaron un antes y un después en la historia de la fotografía digital.
En 2007 creó la Fundación Pedro Meyer para contribuir a la reflexión, interpretación e investigación de la imagen fotográfica y las nuevas tecnologías.
Face to Face. Texto curatorial de Francisco Mata Rosas.
El ritual de fotografiar, hacer un retrato, documentar nuestro entorno o construir memoria ha pasado de ser un evento especial a una actividad cotidiana. Tomar fotos para el Facebook no es un hecho banal, es fotografiar para comunicarnos, compartir y registrar nuestras vidas, de las fotos que diario consumimos en esta plataforma podemos extraer mucha información, leerlas desde muchos ángulos y no sólo consumirlas como imagen líquida.
En el caso de Pedro Meyer esto es clarísimo, podemos leer en sus fotografías los cambios tecnológicos y su proceso de experimentación. Vemos también una autobiografía que a la manera de un muro se construye pieza por pieza, es su cámara punto de encuentro con fotógrafos de distintas generaciones, son sus retratos una forma de vínculo cariñoso y de reconocimiento, son parte del ritual de toparse o citarse con el fotógrafo.
Encontrarse con Pedro Meyer significa en la mayoría de los casos someterse al escrutinio implacable de su cámara o teléfono móvil, significa ser parte de un experimento, de una apuesta estética que uno nunca sabe en qué terminará, después de una mirada fija, escuchamos el “no te muevas” o “voltea para acá”, el fotógrafo dispara y apenas comienza el proceso, seguramente está pensando en las nuevas posibilidades de posproducción de la imagen, probablemente ya te visualizó a través del nuevo paquete de filtros que Pedro, cual cocinero, mezcla en recetas secretas.
Esto mismo –y de ahí uno de los valores de esta forma de trabajar– lo aplica en sus autorretratos, implacable y sin concesiones nos comparte momentos intensos, a veces dolorosos a veces festivos pero siempre reflexivos, la cámara de Pedro apunta hacia fuera y hacia adentro, como en el espejo de Alicia se producen imágenes de ambos lados, siempre es un encuentro cara a cara, a veces la suya, a veces la de otros.
Hacer curaduría de imágenes también es un proceso cara a cara, un enfrentamiento entre el autor y el editor, hoy podemos desarrollar esta actividad en línea, hacer investigación antropológica o etnográfica en el muro del Face, ya no sólo en los archivos o fototecas tradicionales. Meterse a hurgar en el muro de alguien suena casi profano pero para eso está, ver y ver, seleccionar y descartar, agrupar, descontextualizar y resignificar es el objetivo de este proceso.
En este caso la decisión fue seleccionar retratos a fotógrafos y enfrentarlos a los autorretratos de Meyer. Face to Face es una forma de detener el fluir de las imágenes en línea, es una pausa sólo para continuar.
Algunas reflexiones sobre las exploraciones visuales.
Por Pedro Meyer
Me queda claro que, desde que comenzó la era digital, hay una resistencia a todo cambio. Sea del tipo que sea. Cada vez que Apple cambia algo en su iPhone, sea que mueve un botón de lugar, que elimina una conexión, o que modifica cómo funciona algo, son ya legiones de quejumbrosos que levantan su voz en coro, para lamentarse y reclamar tales cambios. Suele ocurrir que, al año, ya todo mundo se olvidó de lo que se quejaba y alegremente usa los beneficios derivados de dichos cambios.
De la misma manera, la transformación gradual de la computadora de escritorio a un “celular” portátil, en el que lo que menos hacemos es hablar, es un proceso que nos va llevando de la mano hacia nuevos horizontes.
En fechas recientes han salido dos programas que solo funcionan en dispositivos portátiles: ya ni en las computadoras de escritorio o portátiles. Uno es un programa que se llama Brushstrokes, y el otro Prisma. Salieron con diferencia de días, y ambos se aproximan a la fotografía de distinta manera. Están basados en algoritmos e inteligencia artificial, para elaborar sus transformaciones.
Lo que me llamó poderosamente la atención de estos dos programas —que además cuando se usan sucesivamente en la misma imagen, dan resultados aún más sorprendentes— es su capacidad para ofrecernos soluciones plásticas totalmente novedosas, al menos a nuestra experiencia en el mundo de la fotografía.
Se puede pensar que su parecido es más con la pintura, el grabado, punta seca y otras disciplinas plásticas, que con la fotografía pura y directa.
Por supuesto, lo primero que he escuchado, son descalificaciones, por fotógrafos que ni siquiera hicieron el más mínimo intento por usar tales programas, sin haber siquiera experimentado si pudieran quedar satisfechos con alguno de sus resultados. Todo lo nuevo, lo desconocido, lo que no se controla, hay que descalificarlo para justificar que no se usen tales opciones.
Hay lo que yo llamo el síndrome de “no darse permiso”. Si solo se dieran permiso de explorar, podrían descubrir el placer de ver algo desde una perspectiva nueva y diferente a su propia experiencia. Eso siempre es saludable.
En juego está, desde el nombre de como se le puede llamar a eso que estoy haciendo. ¿Es pintura, o qué?… ya sabemos que la historia de las artes plásticas es solo una historia sucesiva de innovaciones tecnológicas, que con el tiempo va adquiriendo carta de ciudadanía, en la medida que su utilización se hace mas extensiva.
Pero sin saber como se llama, sin saber si lo que estamos haciendo es particularmente importante, sin saber a dónde nos lleva todo esto, sin saber otra cosa más que valorar el camino mismo, me encuentro que no se puede innovar si no estamos dispuestos todo el tiempo a explorar las mil y un avenidas que se nos abren todos los días.
La fotografía ya no es lo que era antes.
Entrada actualizada el el 04 oct de 2016
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