Meteoros, plátanos, coreografías, superposiciones, borrones. La poética de Goia se vuelve más compleja y rizomática, defendiendo el pictórico como campo ampliado de experimentos. La pintura se reviste del gráfico y del procedimiento del grabado (vía serigrafía), invade el espacio por medios sensoriales, mixa herramientas analógicas y digitales. Sinestésicos y amplificadores de sentidos, los trabajos de Fantasmas pueden arrebatar al observador no pasivo, creando fricciones y crisis de tono positivo en las miradas que están abiertas, permeables, atentos.
"El arte en realidad es universal y corresponde a un plano cósmico de la existencia y, cuanto más universal es, más mezcladas están las diferencias puramente dialécticas que son elevadas a un plano de pura vivencia cósmica, mayor o menor según el caso, permitiendo así, y sólo así, el puro ejercicio creador del espíritu ", dice, en 1961, Helio Oiticica (1937-1980). Es interesante informar un poco sobre la formación de la artista, que terminó...este año el máster en pintura en el Royal College of Art, en Londres, ciudad que adoptó para estudiar y trabajar hace años. Así, un buen acompañamiento de producciones 'internacionales' del lenguaje es fuertemente presente - a destacar, nombres menos conocidos en Brasil como Laura Owens y Jacqueline Humphries, además de la celebrada Cecily Brown, por ejemplo -, pero, con el tiempo, el transgresor legado del neoconcretismo (de Oiticica, Lygia Pape, etc) golpea más fuerte en la producción de Goia, pero menos por aproximaciones formales y sí por pensamientos, enfoques y procesos. Las memorias de la tierra natal se funden a las vivencias del hoy de la artista, por medio de una disciplinada rutina de taller, con procesos y métodos siendo transmutados continuamente, en un cotidiano en una ciudad que no es la suya y con una perspectiva casi permanente de 'artista viajero (o en un desplazamiento constante, al menos).
Entrada actualizada el el 23 oct de 2017
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