Los museos, las personas, acumulan objetos, cosas íntimas o de otros, con las que conviven construyendo diferentes imaginarios a través de relatos confesos o inconfesos.
En ocasiones se trata simplemente de acumulaciones, y las cosas terminan con el paso del tiempo convirtiéndose en restos de historias propias o ajenas. Pero ¿qué pasa cuando se cruzan los objetos, en este caso en particular, los de un museo y los de un artista?
Carlos Herrera es el invitado a desarrollar esta acción y como primer planteo recuerda lo ingrávido. Una indagación hermética que lo tiene como protagonista, en la que se centra en objetos de su mundo privado pero prescindiendo de todo trazo narrativo. Mezclados y evidenciados como fragmentos de origen diverso, los materiales entablan una relación incierta con toda referencia. Pero Herrera también piensa en la operación opuesta, que elige denominar “fecundar la ausencia”, con la cual propone para el Museo Arqueológico Dr....Eduardo Casanova la construcción de una gran pieza aérea compuesta de heno, pieles de animales, huesos, tierra y flores naturales. Observa que en ambos casos es una invitación a reflexionar sobre el encuentro entre lo terrenal y lo espiritual. Por escasez o por contundencia.
En la propuesta para Tilcara hay un cruce más con otro artista, Marcelo Abud, un observador de las extrañezas de la vida ordinaria, que centró su mirada en la población jujeña de Perico y la extendió a toda la región. Su operación parece simple: solo se trata de indagar un poco para encontrar mundos sorprendentes en los lugares más comunes.
Ambos son invitados a imaginar otras acciones por fuera de los límites del museo, buscando expresiones cercanas o lejanas a las posibles definiciones artísticas que indaguen simplemente en lo extraordinario cotidiano.
Entrada actualizada el el 17 ago de 2023
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