Catalina Obrador muestra en esta su primera exposición en la Galería Javier Marín una veintena de dibujos Bajo el título “Flash me (Diccionario de símbolos)”.

La obra de Catalina Obrador posee una carga interior llena de poesía, de susurros y silencios, llenos de poder y simbología. Un mundo soñado de fantasía donde aparecen personajes que la artista asocia a la mitología y la cultura griega consiguiendo obras de imponente presencia y gran fuerza emocional en las que también hace referencia a otra de sus fascinaciones fruto de sus numerosos viajes por Egipto e Israel: las culturas y religiones hebreas y musulmanas.

“Flash me” forma parte del diccionario de símbolos que he ido acumulando durante este tiempo. Surgió como una forma de resumen, con la intención de facilitar a los espectadores la interpretación de la exposición ... y se fue convirtiendo en parte de la estrategia interna del proceso. “Flash me” es un capítulo que fuerza todas las posibilidades de combinación al máximo.

Catalina Obrador siente predilección por los detalles pero a veces ejecuta su obra mediante trazos rápidos y gruesos para recrearse en los pormenores de unas historias que tienen mucho de cuentos en los que explora territorios misteriosos y sensuales. A menudo incorpora breves textos en sus dibujos, casi siempre realizados sobre papel, a veces sobre pared a modo de grandes murales mediante técnicas distintas: tinta china, carboncillo y lápiz.

Las frases que acompañan a algunos de los dibujos, provienen de otras oídas en la calle, la radio o en conversaciones con otros colegas. Muchas me inspiran cierto carácter pesimista o derrotista, algunas de ellas como “El tiempo lo cura todo” o “Yo me daría a quien me quisiera”, son frases que usamos para tratar de ocupar el espacio del silencio, para decir algo aún cuando intuimos que no hay nada que decir.

Escenas de amor tatuadas en el pecho, ninfas y diosas, árboles en forma de cuerpos desnudos de cuyas ramas emergen manos que dibujan, elementos de la naturaleza que se combinan para crear juegos jeroglíficos, son algunas de las historias que brotan del alma de Catalina Obrador, una artista pasional y honesta que nos revela a través de su mano una realidad cotidiana y existencial desde su “yo” más profundo y visceral en el que se recrea y descifra su lado más desconocido para conmovernos con una obra inquietante, viva, pulsante y cercana.