En su libro "Ensayos sobre los fundamentos de la geometría" Bertrand Russell hacía una breve introducción a "Nuestro problema enmarcado con la lógica, la psicología y la matemática": "La Geometría, a través de los siglos XVII y XVIII se mantuvo, en la discusión contra el empirismo, como fortaleza inexpugnable de los idealistas. Quienes mantenían, que era posible, independientemente de la experiencia, adquirir ciertos conocimientos sobre el mundo real les era necesario citar los conocimientos geométricos; únicamente un desequilibrado mental - decían ellos- se atrevería a tener dudas sobre la validez objetiva de la Geometría y nadie sino un loco degeneraria su naturaleza objetiva".