La catástrofe desciende por una delgada línea de ruina y destrucción, al tocar fondo, gira, se instala y estalla en el espacio.
El estruendo ha dado lugar al fragmento, una presencia rota ahora lo abarca todo. Por un instante, la explosión ha revelado un orden y lo ha borrado; es preciso recobrarlo.
La devastación ha descubierto una estructura intima, ubicada en un inestable lugar de la memoria, en un pasaje inacabado que retorna. Cosas de la casa, como fragmentos rotos, como recuerdos muertos.
“Geometrías de la catástrofe” presenta un mundo que se resquebraja y quiebra, donde la catástrofe no tiene nada de extraordinario, ni de extra cotidiano; por el contrario es un acontecimiento profundamente “estructural” y “lógico”. Sin embargo presenta una caída singular, un descenso propio y un desenlace autónomo.
La catástrofe señala una fractura de sentido, un abismo, una imposibilidad. No hay retorno después de la catástrofe.
Una explosión de porcelana...china ha brotado de nuevo de la casa; habrá que juntar las piezas rotas nuevamente, para ir y venir, después de la catástrofe.
El trabajo de Gustavo Villa ha indagado, en los últimos años, de modo consistente el sentido de la caída y de la ruina y ha desarrollado a partir de estas fuerzas una operación creadora que materializa los impulsos de destrucción y construcción.
“Geometrías de la Catástrofe” es una puesta en escena, en donde a partir de un emplazamiento poético se fuerza una “teatralidad” que aborda la idea de catástrofe desde lo micropolítico, lo cotidiano y lo domestico.
Entrada actualizada el el 31 may de 2015
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