Recuerdo perfectamente la primera vez que me acerqué a visitar a Aurelio Suárez en su casa de la calle Marqués de San Esteban. Evidentemente, era sábado, porque Aurelio sólo recibía los sábados. Pasaban las cuatro de una tarde del año 70 y ese día compré un boceto que sería la primera obra de mi incipiente colección. La admiración que sentí por aquel misterioso pintor fue en aumento y a partir de entonces, con asiduidad, me acerqué a visitarle. Siempre en sábado, acompañado por Isabel, mi mujer, o por algunos amigos también interesados en su obra.

En el año 1981, una vez inmerso en el proyecto de Cornión, las visitas se hicieron más frecuentes. Fueron muchos los bocetos y abundantes los gouaches y óleos que pasaron por mis manos entre tanta visita pero, sin embargo, las obras que forman parte de la exposición que ahora presento no las había visto porque, entre ... otras cosas, son anteriores a esa fecha y no estaban entonces en la casa del artista.

Hoy, gracias a la Fundación Alvargonzález -que tuvo el acierto de publicarlas en el libro Aureliografía- y al patrocinio de las empresas MURART, Construcciones ANGOCA y el Centro Comercial SAN AGUSTÍN, tenemos la oportunidad de exponerlas aquí. Son autorretratos, escenas, interiores caseros y paisajes cotidianos que traducen la parte más íntima y familiar del artista. Una muestra excepcional, que gira en torno a su entorno vital.

Aurelio ha participado con nosotros en varias exposiciones colectivas, como "Gijón, Sur-Mer", "Carnaval", "Sobre papel", y algunas ediciones de la feria de Arco. Pero a pesar del permanente interés hacia su obra nunca habíamos afrontado una exposición individual, por respeto a su peculiar manera de pensar y entender su trayectoria artística. En este sentido, Aurelio solía comentar, que a la única galería donde le gustaba acudir a las inauguraciones era Cornión. Entiendo que, además de la buena y recíproca sintonía que compartíamos, se debía también a la magnifica relación que mantenía con los jóvenes y veteranos artistas de esta casa.

Es por ello que hemos querido hacer partícipes de esta exposición a los creadores más allegados que no han dudado un segundo en aceptar la invitación y sumarse a la propuesta. Con todo, se han volcado ofreciendo un pequeño homenaje a la figura de Aurelio Suárez. Desde su amigo Camín, al resto de los pintores y escultores presentes -Melquíades Álvarez, José Arias, Reyes Díaz, Pablo Maojo, Miguel Mingotes, Pelayo Ortega, Ramón Prendes y el fallecido Javier del Río-, todos han compartido con Aurelio exposiciones y conversaciones. Ellos, los coleccionistas que aportan sus obras, junto a Ramón Alvargonzález y Juan Carlos Gea como autores de los textos, han hecho posible llevar a buen puerto esta muestra y este cuidado catálogo.

Espero que esta exposición –no venal- sirva para dar a conocer, un poco más si cabe, la obra de Aurelio Suárez, sumándose así al esfuerzo que Gonzalo, su hijo, está realizando desde el fallecimiento de su padre para dar a conocer a uno de los pintores surrealistas más desconocidos y geniales del territorio nacional.