El universo que Marta Iglesias evoca en esta nueva exposición, parte de una concepción personal del arte, planteada desde la configuración de un universo propio que reta al mundo exterior apropiándose de una serie de formas para disponerlas sobre la superficie de la obra, en un ejercicio plástico lleno de sugerencias hacia el espectador. Esa aparente sencillez en la ubicación o la dislocación de planos, esconden una maquinaria que define un largo proceso de trabajo y experimentación, una desintegración de espacios, formas y situaciones que permiten a la artista investigar por un camino complejo, pero a la vista de los resultados de felices logros.

Sus estudios sobre construcciones o viviendas generan esa simplificación de formas, que generan en su obra, tanto pictórica como escultórica, una sinfonía de ritmos evocados desde el color y la ... disposición de los fragmentos en que se dinamita la realidad, haciendo de su trabajo un diálogo entre lo hermético y lo diáfano, que transmite una enorme viveza y dinamismo. Son juegos de ritmos, cruces de líneas, triángulos que generan movimiento, no ya sólo dentro de la obra, sino hacia el exterior.