Nos comportamos como si la Tierra fuera nuestra. Talamos, pescamos, cazamos, domesticamos, sembramos, cosechamos, abrimos minas, pelamos montes, represamos ríos. Plantamos especies vegetales en hileras mientras erradicamos a otras. Sometemos en granjas a los animales que nos dan beneficios y arrinconamos hasta la extinción a los que no. De seguir así, en breve todo lo salvaje será un recuerdo.
Rubén Martín de Lucas nos urge a reestudiar las relaciones que como humanidad nos unen con el territorio y el resto de especies. A través de sus proyectos, el artista reflexiona sobre la reducción de espacio para la vida salvaje, la superpoblación, el carácter artificial de las fronteras, el sentimiento de propiedad de la Tierra o la dicotomía entre agricultura industrial y agricultura natural.
Gallery Red abre su nuevo espacio Exhibition con la obra de un artista comprometido con el momento que vivimos. La muestra titulada Habitar, nos trae dos de...los proyectos más conocidos del artista:
EL JARDÍN DE FUKUOKA
Este proyecto, homenaje al agricultor y filósofo japonés Masanobu Fukuoka, traduce en pintura dos maneras de entender tanto la agricultura como la vida. Por un lado, a través de la repetición de un único gesto en un campo de óleo, el artista crea los Desiertos o Monocultivos, una representación de la agricultura industrial que dista de la diversidad de todo ecosistema. Por otro, mediante una pintura gestual y libre, los Vergeles o Jardines Salvajes hacen referencia a una metodología menos intervencionista. Un camino marcado por el Wu Wei, concepto oriental de mínima interferencia que Fukuoka aplicó tanto a sus campos como a su filosofía vital.
REPÚBLICAS MÍNIMAS
Esta serie recoge un conjunto de acciones sobre el paisaje que responden a un ejercicio performativo: 1. Apropiarse de 100 m². 2. Dibujar una frontera. 3. Habitarla. El resultado son unos “microestados” efímeros cuyo límite responde siempre a un criterio artificial, la geometría, cuya duración nunca supera las 24 horas y cuyo único habitante es el propio artista. A través de fotografías aéreas y vídeos cenitales, el artista nos invita a reflexionar sobre la naturaleza artificial y efímera de toda frontera y sobre el sentimiento de pertenencia que ejercemos sobre La Tierra.
Una ilusión, la de propiedad, que condiciona peligrosamente nuestro comportamiento. Una humanidad que se ha erigido en lo alto de una pirámide creyendo que el resto se encuentra a sus pies. Una humanidad que de manera urgente debe replantearse su manera de "Habitar".
