La visión de la obra, la tensión entre lo concreto y lo abstracto, nos mantiene atrapados, como entretejidos a la materia. Al tratar de descubrir los vestigios de un mundo de perfiles rigurosos descubrimos que nuestro tiempo vivido nos conduce a un espacio viviente.

Ahora empezamos a sentir que la pintura habla por si misma y nos acercamos a su misterio, a nuestros sueños, al rigor y la libertad de la obra, encontrándonos en un recogimiento tensional y dinámico.

El filosofo Schopenhauer nos recomienda tener la mirada nítida para poder observar la corriente de las cosas de este mundo y ver sus relaciones, para descubrir sus verdades y sus evidencias.

Puértolas escudriña las partículas elementales de la vida, encuentra micro formas que utiliza, nos hace visible ... los enigmas de la realidad.

Divulga la relación entre las formas de la naturaleza y su incidencia en el arte y la técnica y nos recuerda que arte y ciencia progresan juntos.

La manera de hacer es tan importante como el tema que se escoge. Los cambios en el arte contemporáneo se han producido porque los artistas han ajustado la necesidad de expresión a nuevos modelos y técnicas.

Lazos, filamentos, franjas, fosforescencias, explosiones, espirales... una multiplicidad de efectos y recursos se desarrollan con una generosidad sorprendente. Un fluir decolores y estructuras formales. De tal flujo pareces urgir una extraña tensión entre el caos y el orden compositivo. Ante la saturación de la visibilidad que caracteriza nuestra sociedad, Puértolas ensaya una respuesta que combina al mismo tiempo resistencia y empatía y es por eso que sus obras presentan este grado de complejidad y expansión.

Puértolas ha llegado a la formulación de un lenguaje particular que lo sitúa al centro del debate pictórico de la actualidad. Es una apuesta que plantea cuestiones de primer orden sobre la condición de la imagen y el papel de la pintura en el siglo XXI.

Su obra encaja en la complejidad surgida del collage, la poética del fragmento, la constatación de la multiplicidad y la necesidad de híbrida abstracción y figuración. La pintura es todavía una práctica con sentido y generadora de pensamiento, permite la exploración individual a partir de un patrimonio común de experiencias de las cuales las científicas y tecnológicas forman parte.

Puértolas parece querer celebrar el exceso y enderezarlo, dándole un sentido y afirmando, contra la tiranía sospechosa de los partidarios de aquello univoco, la riqueza y diversidad de estímulos que hacen de la vida algo inagotable.

El tiempo vivido transformado en espacio viviente, que es la misma vida.