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La arquitectura como acción es una actividad producida por los arquitectos. Como hecho construido, es todo aquello que nos rodea. Hemos nacido en arquitectura hospitalaria; vivimos en la arquitectura residencial; nos hemos educado en la arquitectura de los colegios y así... hasta ocupar un espacio en un lugar, en un camposanto, en donde emprenderemos el viaje más largo... la arquitectura funeraria.
Y, si el hábito hace al monje, nuestros espacios, segundas pieles, serán hábitos permanentes y, de algún modo, seremos consecuencia de sus influencias.
El curso pretende transmitir algunas claves para entender mejor el mensaje de los espacios que usamos y que por familiares no analizamos pero que, a veces, no entendemos.
Se organiza a través de cuatro conferencias monográficas:
Introducción a la arquitectura
Hace muchos años Vitrubio, un arquitecto romano, recopiló en un tratado todo el saber y el conocimiento de la arquitectura de su época. Se llama Los diez libros...de la arquitectura. En este tratado, en el libro tercero, dice que la arquitectura es UTILITAS,FIRMITAS,VENUSTAS.
Han pasado casi dos mil años y la definición sigue siendo válida, ya que la actividad arquitectónica se produce en el cruce del espacio y del tiempo. Ha cambiado el espacio, si entendemos este como las circunstancias físicas y materiales que nos rodean y si, además, entendemos por tiempo las circunstancias consecuencias del momento,en las que evidentemente la técnica y la tecnología se incorporan al proceso constructivo.
La arquitectura y la naturaleza
Los primeros hombres buscaron refugio en las oquedades de las montañas, que les sirvieron de refugio y, con el fuego, obtuvieron el primer grado de confort. La cueva fue el primer espacio vital: era multifuncional, lugar de vida, y lo significaron pintando para enseñar cómo eran y cómo se cazaban aquellos animales que tanto necesitaban.
Cuando las cuevas ya no bastaban, construyeron los primeros refugios, y los materiales fueron los que tenían a su alrededor: la madera, el barro, tierra más agua y las piedras que tenían que quitar para poder plantar en una tierra más adecuada. Hay una clara relación entre las primeras construcciones y el medio elegido para construirlas.
La arquitectura y la ciudad
Defensa y alimento fueron, seguramente, los primeros parámetros que llevaron a lo que podemos entender como los primeros fundamentos de las ciudades. A partir de ahí, el hombre urbano, el urbanita, se encontró inmediatamente con los problemas de organización y significación, e intentó organizar el aparente caos mediante los dos sistemas que se describirán de organización del nacimiento y desarrollo de las ciudades: las ciudades orgánicas, en las que la forma es una consecuencia de la geografía inmediata del asentamiento, y las ciudades dibujadas, aquellas trazadas sobre el territorio.
El curso hará un recorrido histórico sobre las ciudades más significativas que nos ayudará a comprender nuestro propio entorno.
La arquitectura y la energía
La eficacia siempre ha estado presente en la arquitectura. La condición de firmeza de la misma ha estimulado al hombre a la utilización de los recursos que la propia naturaleza le muestra. Resolver este problema de la manera más evidente sigue siendo hoy una fórmula correcta, y la arquitectura popular, la arquitectura no erudita, nos sigue mostrando la utilidad de la eficacia energética para el análisis de esta reflexión.
Hoy utilizamos el término de estar orientado para entender que un lugar está en condiciones óptimas desde el punto de vista energético. Las ciudedes bien orientadas se posicionan en el paisaje de un modo perfecto, a la vez que se integran y realzan incluso la silueta del perfil natural inicial.
Entrada actualizada el el 20 nov de 2020
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