La obra fotográfica de Enrique Santiago Silgueiro se nutre con las posibilidades de la luz. La atmósfera y el valor cromático construyen una destacada propuesta que, elaborada desde la mirada del ojo de un arquitecto, van configurando dos recorridos contrastados. Desde la clave monocroma, como en el cine en blanco y negro amado por el autor, surgen una serie de estructuras organizadas para gestar conceptos de Belleza desde el orden y desde la naturaleza del minimalismo. Entre el realismo y la abstracción, Enrique Santiago Silgueiro va mostrando el universo del orden condicionado por las luces, por la luz blanca o por la atmósfera de miel. La luz condiciona las obras para trazar el recorrido de la libertad y de lo intangible. En este primer bloque, la búsqueda de la luz, desde la interpretación lumínica, lleva a una experiencia mística. Se trata de un misticismo laico, ... de una experiencia de libertad basada en la búsqueda de una lectura secreta y de un viaje que, entre círculos y líneas, gestan distintos dibujos viajeros que construyen la idea del eterno retorno desde la reiteración. Un tiempo lineal y una identidad secreta para un laberinto de luz reconstruido con sabiduría en las fotografías. En el segundo bloque se definen las perspectivas y lo arquitectónico. Se trata de espacios sugeridos que, entre espirales o desde paralelas, plasman una organización integral y unitaria. En este sentido, el movimiento marca un sentido impulsor en el mágico microcosmos de las imágenes con narración enigmática. Cada imagen traduce remitentes para reflexionar sobre texturas y sobre el concepto de huella. La huella, como una mancha en el tiempo, se interpreta desde una semántica compleja para concretar el efecto referencial del laberinto de luz creado por el genial autor. Este conflicto permite explorar la libertad desde la invisibilidad.

Eduardo Blázquez Mateos (TAI - URJC)

Su trabajo se define por la necesidad de captar la belleza en lo más sutil, de descubrir la realidad oculta de los objetos, el alma de la materia. Esto, unido a su gusto por la luz, el color y la armonía, casi musical, de las formas, nos propone un viaje sensorial. Huellas es su primera exposición individual.