-------------------------------------------------------

-------------------------------------------------------

Quizá no sea frecuente que una galería de arte se implique en proyectos creativos que van más allá de la mera mercantilización de sus productos. Quizá la función del galerista se limita demasiado a menudo a lo estrictamente comercial, olvidando ... una parte esencial de su finalidad renovadora e impulsora de la cultura y del arte. Por fortuna, no siempre es así. La galería ASTARTÉ no sólo dispone, también propone y para ello entusiasma a sus artistas en nuevos modos de abordar sus exposiciones sin dirigismos, tan sólo bajo una breve pero concisa insinuación dada, motivada por ideales siempre abiertos a múltiples giros e interpretaciones. Ideas o conceptos a los que, huelga decir, los artistas corresponden generosamente mediante sus creaciones: García Navas con sus hermosos enjambres de caligrafías automáticas carentes de todo efectismo vacuo; Vicky Herreros lanzando nuevos retos a la pintura pintura desde el gesto impetuoso que mancilla la imagen dada para reconstruir una nueva; Ana Sánchez, eterna manipuladora del papel en todas sus formas y posibilidades, reinventando objetos tan vivos como indefinibles; Joao Mouro y sus locus vivendi imposibles, arreciando la locura constructiva producto de la insaciable ambición humana; por último, Lola Guerrera, sutil, frágil, simbolista, fragante y amante de ese sugerir poco a poco con la imagen directa y la palabra evocadora, casi mallarmèliana.

Bajo el epígrafe INSIDE OUT se renueva un año más este pequeño gran proyecto expositivo que da cita a cinco nombres habituales de la galería reunidos entorno a cinco ideas de diferente intensidad u hondura: desde aquellos que hacen referencia a valores universales filosóficos (Lo Incierto, Lo Vulnerable) hasta otros de carácter accidental o sensitivo que atañen a la conducta humana y sus consecuencias (Delirio de tocar, Ritmo, Península Inmobiliaria). El espectador irá descubriendo poco a poco el contenido y sentido de todos estos conceptos previos que han sido desarrollados por cada artista aisladamente, en solitario. Tras las singulares elucubraciones intelectuales y su posterior plasmación artística, se llega al resultado final de unas obras que conviven en sorprendente armonía unas junto a otras, culminando un proceso plástico tan bello como ineludiblemente humano/animal (por lo que de instintivo pudiera contener). El verismo, la sinceridad de estas pequeñas piezas profundas, cargadas de contenido y versátiles en el manejo de materiales y discursos, radica en el componente placentero que otorga la creación al artista, pero también en la progresiva familiaridad de cada cual con sus propios fantasmas, miedos y ansiedades particulares. La capacidad de emocionarnos o al menos de compartir una parte de esos sentimientos provocados, depende tanto de la fuerza dialéctica asumida por las diferentes interrelaciones de las obras expuestas, cuanto de la apertura y ofrecimiento que nuestra condición de observadores agudos aporta a esas realidades distintas; o dicho de otra manera, depende de nuestra calidad de espectadores atentos a toda sugerencia o comunicación íntima. Un mensaje que aguarda siempre a ser desvelado, apropiado individual y conjuntamente por los otros. Apoyadas en la abstracción de lo intangible concretado a su vez en la materialidad de la pintura, la escultura, la fotografía o el dibujo, las cinco propuestas reflexivas de estos cinco personalísimos artistas, reivindican, como no podría ser de otro modo, el deseo de perdurabilidad de la belleza para un arte en incansable movimiento de vaivén hacia territorios tan fascinantes como inciertos.