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Resulta evidente desde hace tiempo que ninguna disciplina es capaz de abordar en solitario la enorme diversidad del arte contemporáneo. Tanto su aparato discursivo como su práctica se alimentan de una mezcla que incluye -entre muchas otras cosas- a la historia del arte, los estudios culturales, la cultura visual, el psicoanálisis, el feminismo, los estudios postcoloniales, los queer studies, la política, la geografía, los estudios urbanos, la economía, la filosofía... a menudo reunidas bajo la rúbrica general de la 'teoría'. Una práctica artística radicalmente transformada planteó preguntas cuya confrontación demandaba un conjunto de herramientas teóricas más amplio, que atravesara unas fronteras disciplinares artificialmente delimitadas. Sin duda, esto ha permitido establecer diálogos fructíferos y ha activado procesos ... urgentes de autorreflexión, pero también ha introducido nuevas dificultades en la tarea de consensuar un lenguaje común y, por ende, de mantener un diálogo crítico.

Pero no debemos olvidar que las demandas de (inter/multi/cross/trans) disciplinaridad han partido también de unas políticas de subvención académica que privilegian los proyectos multidepartamentales orientados a resultados externalizables y a la búsqueda de la 'excelencia', así como de un mercado educativo cada vez más competitivo empeñado en incrementar las opciones del consumidor-estudiante. La integración de la enseñanza artística europea en programas universitarios sometidos al plan de Bolonia, ha generado en los últimos años una gran cantidad de literatura en torno a la cuestión de la 'investigación artística', entendida, por lo general, como la investigación que se lleva a cabo en el proceso mismo de la producción de una obra. Pero al poner de relieve el estatus difuso de esta 'investigación', dicha literatura tiende a presuponer la concepción de su 'otro' -la 'teoría'- como un cuerpo estable. En estas jornadas de debate pretendemos, por el contrario, resaltar su naturaleza problemática.

Algunas de las cuestiones que se pretenden afrontar son: ¿Hasta qué punto ha conseguido esta apertura hacia un horizonte post-disciplinar acercarnos más a una verdadera confrontación con las preguntas sociales y políticas que la motivaron? Ante unas reformas que amenazan el futuro institucional de numerosas disciplinas de Humanidades al convertir la universidad en negocio y la educación en un bien alienable ¿supone la 'teoría en general' una alternativa aceptable? ¿Cuál es -o debería ser- la relación de esta teoría con la historia y con la crítica? ¿Cómo podemos evitar que la búsqueda de una verdadera transdisciplinaridad se quede en la mera adopción de una cultura gerencial basada en la promesa vacía del 'trabajo en equipo' y en la satisfacción de la 'demanda'? ¿Podemos esperar de las instituciones artísticas un papel que vaya más allá del de clientes privilegiados del 'emprendizaje' investigador universitario? ¿Es el agente cultural flexible y multidisciplinar la mejor excusa para abandonar la verdadera colaboración colectiva? ¿Hasta qué punto se ha convertido el pluralismo desorientador y la naturaleza ad-hoc de nuestras herramientas teóricas en un aparato tan inescrutable y autoritario como aquellos rigores disciplinares que trataron de dejar atrás?

El encuentro servirá para confrontar puntos de vista e iniciar un diálogo que tendrá continuidad más allá de esta cita, dando pie a la elaboración de una serie de textos que serán publicados por Montehermoso durante el año 2011.