Mar Solís se suma al equipo de Puxagallery presentando su primera exposición individual en la galería, donde la conocida artista madrileña alterna varios dibujos site-specific y una serie escultórica para experimentar con la línea y sus múltiples fluctuaciones. Las esculturas, en gran formato y madera de tilo, vibran sobre el vacío mientras los papeles cubren las paredes imponiendo su trazo gestual y su fuerza expresiva desde una inteligente puesta en escena, entre la potencia y la delicadeza. Mar Solís entiende la escultura como un elogio al vacío dialogando con arquitecturas imaginarias y levedades orgánicas. Maneja la materia con devoción bajo una suerte de rito ceremonial que trasciende desde el taller a la galería y se multiplica hacia el infinito, ya sea en los espacios públicos o en las colecciones privadas. Su apuesta creativa alberga íntimos tributos conectando dibujo y escultura entre luces, sombras, reflexiones y proyecciones.