KIKU MENA
Sant Quirze de Besora, 1949.
“Yo me pinto en blanco y negro” no es el nombre de una exposición, es una declaración de intenciones. “Yo me pinto en blanco Y negro” integra los valores fundamentales, y la misma personalidad de Kiku Mena. “Yo me pinto” no hace referencia a la representación plástica de un autorretrato físico o psicológico, “yo me pinto” es el reflejo de Kiku Mena.
Un poco de historia:
Autor autodidacta, empezó a pintar a los 25 años, cuando Granollers todavía resonaba como uno de los escenarios del arte más importantes del estado español. Ha conocido personajes como el poeta Joan Brossa, el periodista Jaume Maspons, los artistas Paco Merino, Josep Franco, Jordi Benito y el crítico Manel Clot. Fue uno de los miembros de la Asociación de Artistas Modernos de Granollers que nacía el 1981. Esta entidad fue la semilla del grupo artístico “Els Isards”, creado el 1997,...y del cual es uno de los cuatro fundadores.
Mena ha sido coprotagonista imprescindible de la escena artística de la comarca desde hace cincuenta años.
Hablemos de pintura:
Sus inicios fueron más próximos al figurativo y también al color, y al mismo tiempo, la experimentación matérica ha estado siempre presente en la investigación de Mena. La abstracción lírica hace años que ya es su lenguaje, y entender la pintura como un viaje artístico y experimental creo que lo ha sido siempre.
Todas sus series y obras son un desafío condicionado por su estado de ánimo. Cada obra es un campo de experimentación donde Mena arriesga y busca nuevas comprensiones de lo esencial. Un viaje que lo ha invitado a ir prescindiendo de elementos como el color u otras referencias para escuchar su propia intuición, sin distracciones. Una intuición entrenada, motivo por el cual es capaz de resolver con rapidez los conflictos que el soporte y la obra le presentan, por eso puede pintar un cuadro en una hora.
Una pintura que se organiza en series que se van estructurando de manera natural. Todo empieza con una idea que va evolucionando, variaciones de un mismo concepto, que van transformándose en una nueva idea. Y aquí es cuando empieza a construirse una nueva serie. Ninguna de ellas tiene nombre, ninguna referencia, pero sí que tienen profunda significación conceptual, artística e intrínseca.
Series que responden a unos mismos conceptos, los cuales hacen que todas ellas formen parte de un todo: el uso exclusivo del blanco y el negro, en busca de una obra intimista y exenta de cualquier elemento visual distorsionador; el soporte cartón, tan humilde como resistente; el trabajo gestual, allí donde la mano deja de ser mano para convertirse en una extensión de su sentir; obras matéricas creadas a partir de masillas y colas, mucha rasqueta y espesas pinceladas.
La composición es esencial, un juego de llenos y vacíos, que a veces necesita una línea negra para equilibrar los espacios. Dice Kiku Mena “Dicen que el blanco es luz y que el negro es oscuridad. Yo creo que ambos se complementan y se necesitan. En mi pintura se manifiesta constantemente esta dualidad entre la luz y la oscuridad, el color blanco y el color negro para encontrar este punto mediano donde se manifiesta aquello que no se puede expresar con palabras y va más allá de la razón.” Quizás por eso la obra de Kiku Mena es compleja y no siempre fácil de contemplar.
En este punto, vayamos un poco más lejos: Decíamos al inicio de este texto que “Yo me pinto” es el reflejo de su autor. Dijo el maestro Patanjali “Yoga es la capacidad de dirigir la mente hacia un objeto exclusivamente y de mantener la dirección sin ninguna distracción” Este ejercicio de concentración, meditación y posterior contemplación se puede hacer a través de muchos medios. Kiku Mena lo hace a través de la pintura.
Pintar como medio para acceder a una clara percepción de la realidad esencial que lo rodea. Esta realidad que, según nos comparte Kiku, se encuentra en aquel punto mediano entre la dualidad del blanco, y el negro.
Si nos acercamos a la filosofía vedanta (madre de todas las filosofías), fuente de la cual ha bebido a lo largo de los años Kiku Mena, es importante el discernimiento para diferenciar lo que es real de lo que no lo es. Observar la individualidad frente a la unidad. El mundo de las dualidades en el que pensamos que vivimos, pero que en verdad no existe. Todo es uno, dice el vedanta, una sola comprensión.
También dice que si entiendes esta idea de “no dualidad” en verdad no la conoces. La “no dualidad” no se aprende, se intuye y se experimenta a través del desapego de todo aquello que no es real, todo aquello que es perecedero.
Tal como pinta Kiku Mena, a través de la intuición y la experimentación sin aferrarse al mundo del color u otros elementos que lo puedan distraer. Convencida estoy que este es el motivo por el cual Kiku Mena no pone palabras a sus obras, tampoco titula sus exposiciones. Kiku Mena pretende transcender aquello que tiene dentro. Por eso su pintura siempre es experimentación e investigación.
“Quien obra con tibieza, cerca está de la caída”
San Juan de la Cruz
Entrada actualizada el el 08 sep de 2023
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