Las pinturas de Jordi Guillén nos transmiten sensaciones de calma y armonía, nos invitan una reflexión personal, estimulando el espectador a perderse en su propio mundo interior, disfrutando de un paseo, en cierta manera melancólico, hacia espacios oníricos, muy personales y con una clara reminiscencia orgánica y natural.

La pintura de Jordi Guillén tiene una gran dosis de abstracción aunque siempre está ligada a una realidad concreta. El resultado de esta unión conceptual es una obra llena de momentos vivenciales llenos de retales claramente figurativos, que intentan sugerir el mensaje deseado. Sus pinturas están basadas en la fragmentación y fusión de diferentes imágenes y planos ofreciéndonos una reflexión sobre la importancia que tiene la naturaleza para el artista intentando trabajar con un lenguaje pictórico que se exprese a nivel formal con la misma delicadeza y de la misma ... manera que la sutil sugerencia a nivel conceptual.

Sus pinturas nos transportan a momentos imaginarios, nos hacen pensar en el ser humano como parte de la naturaleza, tan a nivel físico como espiritual, nos hablan de palpitaciones, de liberaciones, de sueños, de energías naturales, de fuerzas invisibles que nos rodean..., en definitiva de este diálogo íntimo y personal que el artista tiene en relación con cada circunstancia de su vida.

Con esta obra tan íntima y personal el autor nos habla de unos paisajes interiores que intentan establecer un diálogo profundo entre él mismo y sus creaciones, haciendo al mismo tiempo partícipe de este diálogo al espectador abriéndole un camino que al conducirá hasta horizontes poéticos y sensibles.