-------------------------------------------------------

-------------------------------------------------------

El Auditorio de Galicia, Concejalía de Cultura, acoge la exposición organizada por Lana Fábrica, lo Te está Korda y la Casa de América de Madrid, que agrupa por primera vez el resultado de una extensa investigación que permite comprender el legado del fotógrafo cubano Alberto Korda, tanto por su importante labor en el mundo de la moda y de la publicidad de los años cincuenta, como por su excelente representación de la revolución de los años sesenta y, incluso, su fotografía submarina.

Gran parte de las imágenes permanecieron inéditas y muchas de ellas nunca habían sido expuestas.

La exposición se estructura en cinco ámbitos temáticos representados por una amplia selección de más de doscientas fotografías de la obra de Korda: Studios Korda, Los líderes, El pueblo, La mujer y el Mar.

Studios Korda (1954-1968)

...era el corazón del Vedado (La Habana) donde Alberto Díaz Gutiérrez (1928, La Habana - 2001, París) y su colega Luis Peirce Byers (1912-1985, La Habana) se establecieron a finales de la década de los cincuenta. 'Korda' fue el nombre artístico-comercial que adoptaron desde 1954, como resultado de una estrategia de márketing mediante a cuál se entrelazaban los nombres de los conocidos hermanos Zoltan y Alexander Korda (directores de cine húngaros) y la marca de productos fotográficos Kodak. En varios sentidos, Studios Korda transgredía el concepto de 'estudio fotográfico', heredado casi sin alteraciones en Cuba desde inicios del siglo XX, y se constituía en centro generador de ideas.

De hecho, Studios Korda debe considerarse cómo uno de esos espacios culturales y bohemios que proliferaban en esos años y que, desde siempre, fueron una opción alternativa para los artistas e intelectuales del país.

En el Studio, Alberto incorporaba a su agenda a fotografía de moda y los reportajes fotográficos, siempre vinculadas a la belleza femenina como género, para las cuales desarrolló una estética coherente con el styling, el diseño y las tendencias artísticas de los años cincuenta, cubanos e internacionales.

Los Líderes

A partir de enero de 1959 se añadió a la dinámica cotidiana de Alberto Korda, la responsabilidad histórica y artística de retratar a la Revolución y su líder, Fidel Castro. La realidad era convulsa y radical, pero la respuesta sencilla: todo cubano sensible asumió la Revolución del 59. En el estudio incluso se comenzó a generar una clasificación de nuevo tipo: el 'archivo de la Revolución'. La fotografía documental, urgida por la demanda del periodismo, convertía a Alberto Korda y, en menor medida a Luis, en el reportero fotográfico que nunca había sido.

El pueblo

Alberto Korda asumió los 'nuevos temas' (la Revolución y el pueblo) con la mismo lenguaje con la que había triunfado en su carrera de fotógrafo de moda y comercial. Tenía la capacidad de ver 'la foto' no en el momento de tirarla sino, más tarde, en el laboratorio, donde su asistente le mostraba el contacto y donde marcaba el recadro justo, reducido al mínimo indispensable del fotograma, haciendo caso omiso del que para otros constituía la información necesaria. La mejor y más lograda de sus 'ediciones' fue, sin duda, la de la fotografía de Ernesto Che Guevara el 5 de marzo de 1960.

La mujer

Las fotografías de mujeres de Korda (especialmente las de Norka) iban mucho más allá de los requerimientos de la publicidad de su tiempo. Eran retratos de la protagonista, cada uno de ellos diferente, no por el tipo de pieza publicitada, sino por la caracterización que fotógrafo y modelo lograban en cada situación. Aún cuando la publicidad y la moda dejaron de ser fuente de trabajo, Korda buscó la mujer, desesperadamente, en las concentraciones de la Plaza de la Revolución, en las movilizaciones agrícolas, en las reuniones oficiales; en fin, donde quiera que ella estuviera. Nunca se le escapó un rostro o un torso hermoso.

El mar

A finales de 1969 Korda fue al mar.

Durante aproximadamente diez años fotografió casi todo lo posible en los fondos de los mares cubanos y allí encontró una nueva fuente de estimulación creativa. Hizo fotografía científica, como fundador del Departamento de Fotografía Subacuática de la Academia de Ciencias de Cuba.

Gran parte de las imágenes que se presentan permanecieron inéditas y muchas de ellas nunca habían sido expuestas, una realidad que fue posible gracias en gran medida a la estrecha colaboración de Diana Díaz, hija mayor de Korda y heredera de su obra.