Proporcionalmente idénticas, las dos vertientes del ser humano establecen lazos de comunicación en las instantáneas de Leo Simoes. Existen miradas, gestos y fisionomías irrepetibles que construyen la identidad individual. Pero existen también lugares comunes a todos los individuos, espacios imaginarios más o menos amables en los que el hombre no puede escapar a su propia naturaleza. La aventura con el otro relata en clave de retrato contemporáneo este trayecto universal, un viaje con epicentro común adornado con las peculiaridades de cada individuo. El resultado de esta reflexión se concreta en una colección de veinte fotografías que se exhiben en... hasta el...

Han pasado cinco años desde que Leo Simoes se estableció en Granada, una etapa que deseaba documentar con el propósito de responderse a algunas preguntas: "Empecé a cuestionarme mi relación con la ciudad y con la ... gente que participa ahora en mi vida". Familiares, alumnos, vecinos del barrio y amigos conforman el imaginario emocional de Simoes, que ha transformado el concepto clásico del retrato alejándose de sus intenciones psicológicas y de sus implicaciones sociales. Por el contrario, el autor vasco utiliza la expresividad de los rostros para compartir con el espectador su "espacio íntimo".

"Siempre trabajo alrededor del ser humano, pero para La aventura con el otro no quería elegir a la gente por su rostro, sino por su significado", comenta Simoes. La semántica de las fotografías se intensifica a través de una cuidada composición común a todos los personajes y un estudio previo de las posibilidades de la luz natural, que aumenta el realismo intrínseco a los rostros. "Sin artificios", el uso del blanco y negro congenia con la metáfora visual que establecen las instantáneas: se trata de un espacio vacío dónde sólo puede verse la textura del fondo, si bien las percepciones son más amplias: "Es la metáfora del vacío existencial que todo ser humano padece en algún momento de su vida. Ese espacio es la alegoría del aprendizaje: todos aceptamos vivir con eso", explica Simoes.

A pesar de su intención documental y filosófica, La aventura con el otro no está exenta de belleza. El fotógrafo entiende este anhelo desde un punto de vista muy personal, como una percepción "que depende únicamente de la mirada".

La aventura de Leo Simoes, La aventura con el otro, es la osadía de asumir la propia la existencia con los pies sobre el suelo, despojando el cuerpo y el alma del espejismo del artificio. Con el tiempo, la fotografía de Simoes seguirá desvelando su espectro de recursos visuales para resolver el puzzle de la identidad humana.