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La artista santanderina exhibe una selección de sus últimas series fotográficas en blanco y negro, concretamente de 'La dama del alba' y 'Alas de acero', en las que propone reflexiones sobre el devenir del ser humano o plantea interrogantes sobre la propia identidad en distintos límites espacio-temporales.

'La dama del alba' es el tercer personaje de la colección de autorretratos en los que Ana Díez analiza las distintas identidades femeninas, después de 'Marlen' y 'Boris y Salomé', como parte de un proyecto mayor que se encuentra todavía en proceso. Este nuevo personaje, profundamente onírico, se encuentra más próximo a una realidad imaginaria. Mientras que en 'Marlen' investigaba la relación íntima con el espacio cotidiano y en 'Boris y Salomé' profundizaba en una relación de amor, en esta serie presenta a una mujer ... misteriosa y enigmática, explica Lidia Gil en el texto que acompaña la exposición, pues está conectada con las fuerzas de la magia y de la naturaleza: 'Es una mujer poderosa, dotada de los poderes telúricos que le permitirán tejer unas alas más livianas con las que alcanzar esa soñada armonía que aporte la paz con su mundo'.

'Alas de acero', por su parte, constituye una reflexión sobre la destrucción y el desacierto de determinadas actitudes del ser humano, representado por un personaje femenino 'que dialoga con las piedras de ese muro que le impide volar libremente e integrarse con sutilidad en la naturaleza espléndida de la que forma parte'. La artista se propone expresar en imágenes cómo 'una realidad serena está ante nosotros, pero parece que el ser humano aún no esté preparado para alcanzarla'.

El hecho de trabajar en series definidas, apunta Lidia Gil, permite a la fotógrafa ahondar en temas profundos que atañen al ser humano hoy, como la relación del individuo consigo mismo, con la sociedad y con su entorno. Cada trabajo supone una reflexión que queda materializada en lo que podría ser un guión fotográfico, con una estética marcada por la elegancia, el simbolismo y la potencia iconográfica, siempre sugerente y a la búsqueda de trascendencia. En esta ocasión se unen dos series diferentes que tienen como elemento común la naturaleza, sublime y eterna, como marco simbólico.

Ana Díez es una artista multidisciplinar, vinculada especialmente al mundo del vídeo y la fotografía en el ámbito del arte contemporáneo. Su obra forma parte de fondos permanentes como la Colección Norte de la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria, el Centro de Arte Contemporáneo Internacional Espacio C de Camargo, las Universidades de Cantabria y Zaragoza, el Hospital Marqués de Valdecilla en Santander, el Museo de Beranga, el Parlamento de Cantabria y el Centro Nacional de Fotografía Manuel Rotella de Torrelavega. Ha sido premiada por la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria, la Universidad de Zaragoza, la Universidad de La Laguna en Tenerife y el Instituto de Cultura de León, entre otras instituciones. Ha participado en ferias de ámbito nacional como ARCO, ArteSantander, el Festival de Fotografía y Vídeo Foconorte o las Bienales Internacionales de Fotografía en Tenerife, y ha mostrado algunas de sus últimas series en la Sala de Exposiciones de Náutica en la Universidad de Cantabria, en el Palacete del Embarcadero y en la sede del Parlamento de Cantabria en Santander.