El proyecto La nueva economía del tiempo se articula en torno a la temporalidad en los procesos como bienes escasos de los actuales sistemas de producción de arte. Los objetos, pinturas, fotografías e instalaciones que conforman la muestra, se van a ir construyendo y desarrollando paulatinamente al mismo tiempo que están siendo exhibidos.

En la inauguración no se mostrarán trabajos terminados, sino tan sólo se dará comienzo a todo un proceso entendido como obra. Cada trabajo irá variando todos los días de la muestra, creando narrativas propias que podrán seguirse a través del tiempo hasta su clausura. La exposición demanda un trabajo tanto del público asistente, como de los artistas que se sostiene en el tiempo de duración de la muestra.

Artistas:

Nicolás Astorga en Lo que hice en vez de regar, realiza una instalación sobre el muro, que exhibe ... lo vivido en el período que demora en morir una planta.

Antonia Bañados, en su trabajo Relación de pares, propone a través de la destrucción, el acercamiento progresivo de dos objetos supuestamente disímiles en su valor simbólico y material.

Sebastian Espejo en Ambulatorio, realiza una serie de pinturas producidas con cianobacterias como pigmento, las que al oxidarse cambiarán de color. Los referentes de las pinturas son máquinas e inventarios de hospitales.

Isidora Gilardi presenta un registro fotográfico de su encuentro en la calle con grifos, que alude a un juego que realizaba en su infancia con su papá, esto forma parte de un Plan para no olvidar.

Pablo Rodríguez en su trabajo Se necesita pintor, mostrará tres pinturas que montará en paneles de cierre de construcciones en la ciudad y que serán intervenidos durante el tiempo que se desarrolle la exposición.

Miguel Soto en Delirio de Conservación sumergirá un jarrón en un tambor con barniz, una vez al día, mediante un sistema de poleas.